● Casting - Jean Kirschtein

Aquella situación era completamente surrealista. Los seis reclutas supervivientes de una de las muchas brigadas, en uno de los tejados, contemplando boquiabiertos como varios de aquellos horribles gigantes devoraban a uno de sus compañeros. No podían hacer nada. Ellos estaban absolutamente congelados por el terror, por el horrible pensamiento de ser engullidos vivos por aquellos titanes.
─Mierda. ─musitó el muchacho. ─ ¿Para esto nos hemos entrenado tanto? ¿Para que cuando llegue la hora de la verdad no podamos hacer otra cosa, solo observar pérdidas?
No, aquello no podía salir así, no podía dejar a sus compañeros de tal manera. Jean tenía que hacer algo como líder de aquel escuadrón. Su superior había depositado cierta seguridad en el joven, y no podía regresar solo, debía hacer cualquier cosa que estuviera a su alcance para salir victoriosos. Si no, no se lo perdonaría a sí mismo, nunca lo haría

De pronto, una pequeña pero intensa chispa de esperanza recorrió todo su cuerpo. Ya se había percatado de aquella situación, y aún tenían posibilidades de salir de allí con vida.
─¡Rápido! ─su actitud cambió por completo. Giró hacia sus compañeros, con un tono de voz que transmitía tranquilidad pero a la vez una orden limpia y concreta. ─¡Los titanes de la zona están concentrados ahí delante! ¡Si nos apresuramos, podemos llegar al Cuartel General! ¡Vamos!
Dicho esto, Jean empezó a correr por aquellos desnivelados tejados con la mirada puesta en el gran edificio. Miró hacia atrás para confirmar que sus compañeros le seguían. "Bien, ahora solo debemos evitar a los titanes que se encuentran por los alrededores y conseguiremos llegar", era lo que tenía en mente el chico. Su improvisado plan estaba dando resultado: se acercaban cada vez más a su objetivo y habían conseguido dejar de lado a algunos titanes, pero de improvisto, una monstruosa boca se alzó del suelo, engullendo a uno de los reclutas que se encontraba más alejado del grupo.
Un grito de pánico resonó en los oídos de Jean. "¡Maldición, estábamos tan cerca!", sentenció para él mismo, "Pero ahora no nos podemos rendir, aunque carguemos con la pérdida de la vida de nuestros compañeros, debemos llegar y concluir la misión, ¡para que sus muertes no hayan sido en vano!"

En un último impulso y rompiendo algunas ventanas del piso superior, el escuadrón consiguió entrar en el cuartel, completando así su misión de una vez por todas. Durante el resto del camino a la sala de suministros dónde se encontraban los demás reclutas, todo fue silencio. Ver la muerta de un ser querido tan de cerca, no era algo que muchos se tomaban a la ligera, ya que incluso alguno de ellos ni siquiera conseguían soportarlo. Pocas personas conseguían soportar el peso de la muerte, y Jean, no sabía si era uno de ellos.