Eren [Casting]

El cielo brillaba de una manera especial aquella noche. Finalmente habían dejado de ser un grupo de reclutas para pasar a ser los iniciados de la orden a la que quisieran ir. Eren no cabía en sí de emoción y tenía más que claro por donde quería que siguieran sus pasos.

El comedor estaba lleno, y las ventanas dejaban entrar el pequeño brillo de las antorchas, que, compaginadas con la de dentro, confortaban la estancia del sitio. La comida parecía bastante más suculenta que las de todos los demás días. Todos los reclutas parecía bastante felices y decididos a que hacer con sus vidas. Eren estaba sentado junto a Armin y Mikasa, como de costumbre, comiendo un pequeño trozo de tortilla con unas cuantas patatas. El joven muchacho no podía esperar más para escribir su solicitud de ingreso, así que decidió abrir la boca, coger el plato, y echarlo todo dentro. Después de alguna risilla de Armin por lo ocurrido, unas voces de la mesa de atrás llamaron la atención de Eren... Jean.

-¡No estoy dispuesto a salir afuera a dejar que me coman esos malditos titanes! Soy de los 10 mejores, así que no tendré problema para entrar en la policía militar-. Jean sonreía, al lado de Marco, como si fuera el hombre más orgulloso de la tierra. Eren no podía comprender como podía decir semejantes palabras... ¿Acaso no confiaba en la fuerza de la humanidad? ¿En la resistencia que ellos podían ser para aquellos enormes monstruos? No podía creer que, Jean, siendo uno de los 10 primeros, decidiera entrar en la policía militar-. ¡Total! Para locos suicidas ya tenemos todos a Eren ¿No?- Una pequeña risa se formó en la mesa de al lado, y sin poder aguantarse, Eren se levantó y se dirigió hacia él.

-Te he escuchado, como de costumbre, parece que tu boca es más grande que tu cerebro-. Jean se levantó, con el ceño fruncido, mientras que con su dedo indice pinchaba el pecho de Eren, como si estuviera acusándole de algo que hubiera hecho mal.

-Vamos Eren, todos sabemos que las probabilidades de derrotar a los titanes son casi nulas, pareces ser el único que se niega a ver la realidad ¿Por qué no despiertas de tu sueño de una maldita vez?- Jean parecía bastante mal humorado, y un silencio general se hizo visible... como si sus palabras hubieran hecho fondo en sus corazones.

-Te equivocas Jean... De nada sirve tirar la toalla...- Eren se apoyó en la mesa que tenía detrás y alzó la vista al cielo, soltando por su boca las palabras que salían de su corazón-. ¿Acaso no añoráis la libertad? Somos como pajarillos enjaulados, pero a diferencia de ellos ¡Nosotros podemos abrir la puerta y ver el mundo exterior! ¡Recuperar de nuevo lo que es nuestro! Hace mucho tiempo mandamos un gran contingente, y sé de buena manera que perdimos a muchos hombres, pero la información que tenemos ahora sobre nuestro enemigo no tiene nada que ver con la que teníamos hace tantos años ¡Sé que tenemos una esperanza de vencer a los titanes! ¡Lo sé! Chicos, no sé vosotros pero yo no quiero ser un pájaro con las alas cortadas... soy libre y así lo dejaré claro en mi solicitud-. Jean se quedó delante de él, callado, y todo el comedor atentó a sus palabras, con un solemne silencio. De golpe todos volvieron a comer, como si sus palabras no hubieran surtido efecto, como si todo el mundo se negase a ver la realidad-. Uhmp...- Eren se giró y se fue del comedor, seguido de Mikasa desde cerca, mientras que Jean seguía parado, con el ceño fruncido a lo lejos.

* * *

-Como de costumbre parece ser que nadie me escucha... son como monos amaestrados que solo obedecen a su amo...-Eren suspiró y volteó la cabeza, mirando a la muchacha-.Mikasa... Supongo que vendrás conmigo aunque no te lo pida ¿No? Sabes de sobra que no hace falta que vengas, puedes ir a cualquier otro cuerpo, eres la mejor de los reclutas-. Mikasa solo le miró, no le hacía falta nada más. Eren suspiró y volvió a mirar al cielo, que ahora, sin las luces de las antorchas, estaba alumbrado por miles de estrellas-. Quiero salir ahí fuera... y no espero que lo comprendáis pero, necesito acabar con ellos... necesito que el mundo que tengo enfrente a mí sea un sitio por el que se pueda deambular libremente, sin tener miedo a que podría pasar si cruzo una esquina.

El viento soplaba fríamente, pero los muchachos estaban bien abrigados y casi no lo notaban. Mikasa volvió a mirar a Eren, comprendiéndolo por un momento. De repente alguien se sentó al lado de Eren, Armin. Este estaba sonriendo y mirando a los dos muchachos, como si supiera que los tres habían elegido la misma opción antes de siquiera hablarlo.

-Puedo ayudaros a escribir la solicitud si quereis, y por cierto, bonito discurso Eren, Jean sigue ahí de piedra, como si le hubiera mirado a los ojos un basilisco- Comentó con una risa seca, Eren rió también y apoyó ambas manos sobre sus rodillas. A continuación se acomodó un poco más en el sitio y soltó un pequeño suspiro, sonriendo.

-Casi todas las noches me perturban los sueños... sobre todo lo que pasó cuando solamente eramos unos críos, y pienso que finalmente podré vengarme... finalmente podré acabar con esos titanes que tanto daño nos hicieron hace tanto tiempo-. Luego miro a sus dos compañeros, aún con la sonrisa en el rostro-. Solo quiero que sepáis que seguiremos siendo amigos, pase lo que pase.

-Cuenta con nosotros Eren- Mikasa y el propio Eren enarcaron una ceja, mirando al muchacho rubio, el cual seguía sonriendo desde que había llegado-. Tengo pensado unirme a la legión de reconocimiento, con vosotros. no quiero ser una carga para nadie... y seguro que podré explotar mi inteligencia allí afuera.-Eren asintió levemente y se levantó, mirando a los cuartos que quedaban un poco más lejos.

-Supongo que es hora de ir a dormir... mañana será un gran día ¡Y espero que me ayudes con la solicitud! Seguro que con tu ayuda quedará muy bonita... y si la pudiera escribir tú mejor que mejor... ya sabes que mi letra no es muy buena-. Eren se rascó la nuca, soltando una risa pronunciada, al igual que Armin.

-Que morro tienes Eren.