"How can I stop this avalanche of memories?" [Libre]

Había jurado una vida de libertad,  una vida donde no tendría que rendir cuentas a nadie y ahora se hallaba preso de sus propias elecciones. Deseaba unas alas para desprenderse del peso de las culpas, del pasado y cuando miraba como las estaba creando no eran mas que soldaduras de cadenas que le oprimían, pero iba a liberarse, era el pago que tendría que hacer para tener sus alas, y cuando las tuviera sería como el viento, cortaría en dos a quien asesinó a sus padres y luego mataría a todos y cada uno de aquellos seres que le veían como los demás, él no era comida, él no era un pájaro con alas de papel, sería un ave que surcaría el cielo, que sentiría la luz del sol.

Detestaba Trost, quizás lo temía, no sabía decir exactamente cual de las dos cosas era mas fuerte, pero no podía tampoco rechazar las misiones que me encargaran, casi era mejor que estar entrenando. No me gustaban mis compañeros, los odiaba, siempre quejándose, aunque mas bien no me importan, no merecen ni estar en mis disgustos, siempre llorando, siempre evadiendo los sacrificios, me preguntaba porqué habían entrado al reclutamiento, ¿para vivir en las murallas interiores? Sería un buen plan, pero si había caído una muralla y era inevitable que la historia se repitiera, ¿que harían cuando ya no las hubiera? ¿De que les serviría prepararse como aves si nunca iban a volar? No luchábamos por evitar la caída de las murallas, se luchaba para evitar que cayeran de inmediato, para aplazar un destino que probablemente nos aplastaría a todos.

Sentí finas gotas de agua caer en mi mejilla, sentado sobre el borde de la muralla, apoyando el peso de mi cuerpo parcialmente sobre las manos que tocaban aquella dura piedra que resistía elevada desde hacía mucho tiempo. Mis pies colgaban sobre el vació esperando a que la gravedad hiciera su trabajo y tirara todo cuanto se hubiera alzado de forma innatural. Hacía una baja temperatura, el sol ya no se mostraba mas que en la lejanía y aunque no se veía la brecha que fracturó la muralla María podía sentirse el aroma del hierro que desprendía la tierra manchada de sangre. Mi misión  no era mas que estar aquí, patrullando, esperando un posible relevo que quizás nunca llegara. Eché mi cabeza hacia atrás con suavidad y observé el encapotado cielo.

-Descargará agua. -vaticiné viendo unos cuantos destellos blancos en la lejanía. Deseaba tener el sistema de engranajes multiaxiales, pero desafortunadamente como era una misión "cotidiana" no podía llevarlo. Al menos tenía mis espadas, y otros objetos afilados pero me gustaba aquel endiablado chisme. El olor de la ciudad me era demasiado familiar, evocaba en mi recuerdos que no quería rememorar, había sellado mi pasado bajo fuego y acero, y quien metía l a mano ahí la acababa perdiendo, pero entonces, ¿como podía evitar que mi memoria recordara lo que mas me dolía? Saqué una pequeña cantimplora, que, lejos de tener agua portaba una bebida bastante fuerte en cuanto a alcohol se refería, nunca llegaba al famoso limite en el cual perdías el equilibrio o te desmayabas, el simplemente se evadía de aquella forma, una mas sana que las otras vías que había probado, al menos así se sentía mas relajado y una mente relajada...es una mente preparada.

Chasqueó la lengua de forma sonora antes de guardar de nuevo el pequeño contenedor metalico. -Espero que no quede demasiado. Esto es demasiado aburrido... -farfulló molesto. -Hasta una estatua se pegaría un tiro si pudiera.