El hombre mitad maquina...[Daria]

Había realizado un viaje a caballo al interior del muro Sina, llegando al distrito Hermiha, ¿razón? simple tenía que ir a vigilar por igual aunque no sabía qué demonios tendría que vigilar ¿los árboles?, ¿los pájaros?, el interior de ese muro era la seguridad y paz plena para sus residentes y más en sus diversos distritos, esas personas nunca habían visto un titan en vivo suponía que ni siquiera sabían que esas cosas estaban allá afuera esperando a que alguno de los tres muros se rompiera para entrar y devorar al ‘ganado humano’.

Cuando entro junto con algunos de sus compañeros de los cuales él no conocía del todo, algunas personas se les quedaron viendo asombrados, ¿qué hacían miembros de la legión dentro de Sinna? se preguntarían algunos, pero ninguno exteriorizaba sus dudas y muchos preferían pasar de largo la entrada de los legionarios ya que normalmente iban a descansar tras esos muros no a llevar malas noticias y demás. En cuanto todos desmontaron él lo hizo por igual dejándole su caballo negro de crin y cola blanca al portero que se encargaba de meter a aquellos animales de transporte a un establo especial, le quito algunas hojas de la silla de montar a su caballo antes de retirarse.  Sus compañeros se dirigieron a un bar para calmar sus gargantas sedientas por el largo viaje, porque a pesar de ir a caballo y no a pie era realmente agotador ir sentado por horas sin poderte bajar ni un solo momento a estirar las piernas. Para el peli verde no era tanto problema ya que sus piernas eran mecánicas y no sentía cansancio en las mismas, tal vez solo un poco de agotamiento en sus muslos puesto que estos seguían siendo de carne y hueso, solo a la altura de la rodilla para abajo era mecánico.

Rokuta sin embargo se dirigió a una posada cercana para poder rentar una habitación y descansar un rato, al sacar las monedas de pago de entre sus ropas uso su mano derecha la cual era mecánica desde el hombro hasta los dedos por lo tanto el que atendía la posada le vio con sorpresa y curiosidad a la vez ”Hijo…tu brazo derecho es--“ sin embargo no prosiguió con sus palabras ya que se vio interrumpido por el ojidorado que estaba con un semblante algo serio y soltó un pequeño suspiro -Si, es mecánico y fue devorado por un titan, ¿me das una habitación?...- le dijo aquello con suma tranquilidad mientras presenciaba la expresión de sorpresa y horror en la cara del hombre que le estaba atendiendo, para luego ver que este le hacía una reverencia -En…en seguida señor…- aquel hombre no se podía creer lo que había escuchado así que fue algo nervioso a conseguirle una habitación vacía al joven del escuadrón de la legión.

Mientras él tomo asiento en una banca cercana que se encontraba dentro del local esperando a que el encargado revisara que habitación estaba vacía y cual no, él se mantenía entretenido observando a su alrededor a la gente pasar y muchos de ellos les llamaba la atención su brazo mecánico, otras señoras con niños les tapaban los ojos a sus pequeños que señalaban el brazo mecánico de Rokuta al verlo con suma curiosidad jalándolos donde ellas nuevamente para seguir su camino. Simplemente esos ciudadanos no estaban acostumbrados a ver algo así, nunca habían sentido la impotencia  de perder a un ser querido ni el dolor infernal que se generaba al perder una extremidad y a la vez estar consciente de tu entorno.

Fue entonces que alguien llamó su atención, era una mujer con el símbolo de la legión tras su espalda y...¿se aproximaba a un bar sabiendo que los de la legión no eran del todo bienvenidos en casi ningún lado?, suponía que habría problemas si alguien la descubría lo malo era que aunque usaras la capucha del uniforme este traía el logo de la legión plenamente visible tras la gabardina justo en la espalda, así que cuando vio que aquella joven se puso la capucha y entro al bar, tuvo el impulso de seguirla por el mero instinto de compañerismo aunque no la conociera directamente, sabia que estaban en el mismo escuadrón por aquel uniforme.

En cuanto se dirigió a aquel bar el hombre de la posada regreso con las llaves y él le hizo una señal de que no tardaba en volver, el hombre solo soltó un suspiro y dejo las llaves en el escritorio para volver a atender su puesto en la recepción.

Mientras tanto el joven de ojos dorados se aproximo al bar y abrió la puerta de este tranquilamente sin usar su capucha ni nada, no le importaba que lo discriminaran por el escuadrón al cual pertenecía, de todas maneras pueblo al que llegaba pueblo que se quejaba el que sus impuestos fuesen hacía una organización que no daba resultados...a su forma de ver, la gente tenía que comprender que no era tarea fácil, no lo era, el obtener resultados certeros de los titanes costaba la vida de muchos.

Muchos se le quedaban viendo más por su brazo mecánico que por su uniforme, su capa de la legión ondeaba ligeramente por el viento que se llego a colar al bar cuando abrió la puerta para ingresar. Al estar ya dentro del lugar decidió sentarse en una silla cercana a la barra del bar y extrañamente también había quedado cerca de aquella chica a quien observo de reojo por unos momentos, no podía verle su rostro por completo debido a la capucha que portaba.

Tras él un hombre de gran altura se había levantado de su asiento y se había acercado donde ellos para buscar problemas obviamente.

" Ese brazo de metal valdría mucho en el mercado ¿no lo creen muchachos?" aquel hombre de gran tamaño se voltea a decirle aquello a sus compañeros de forma burlona con intensiones de fastidiar al ojidorado pero él ni siquiera se inmuto solo pidió una bebida, en todos lados había idiotas que querían sacarle pelea así fuese el lugar más seguro de todos. En Trost al lado de otro miembro de la legión le había sucedido lo mismo pero con el triple de personas detrás de sus cabezas.

"¿A caso lo usas para creerte a la moda o que mierda? anda contesta estúpido!..." tanto fueron las ganas de fastidiar de aquel hombre que inclusive le dio un pequeño empujón haciendo que tirara su bebida más no solto el agarre del vaso con su mano derecha e inclusive se podía notar que aquel vaso de vidrio duro se estaba cuarteando, le estaban apareciendo pequeñas grietas debido a la presión que él ejercia sobre aquel recipiente con su mano mecánica.

-Eso, no es asunto tuyo...- Le contesto simplemente al tipo que seguía empeñado en fastidiarlo junto con sus otros tres amigos que ya se habían levantado de sus lugares, suponía que en efecto...ese día habría problemas nuevamente.

Justo cuando se iba a voltear para darle su merecido a aquel sujeto fue que alguien lo jalo de la ropa para sacarlo del lugar, su expresión de sorpresa e incredulidad se hizo presente mientras accidentalmente terminaba de romper aquel vaso que había dejado cuarteado, ya que no lo había soltado cuando la joven lo jalo fuera del establecimiento y disculpándose con aquellos sujetos que habían querido buscar problemas con él, supo que había sido aquella joven ya que el agarre no fue tan fuerte y pudo notar aquellas delicadas manos sujetando su ropa, no opuso tanta resistencia al notar que era una mujer desde un principio, más que nada para no hacerle daño, mientras retrocedía con ella pudo escuchar las burlas y demás de aquellos hombres que querían rebajarlo a insultos, pues al parecer el que una mujer hubiese intervenido era símbolo de cobardía para aquellos sujetos llenos de musculos que ni siquiera se sabría donde empezaba la cara si no fuese por los ojos de idiota que ponían mientras se burlaban de él. Rokuta solo frunció el ceño y apretó los dientes, estaba enojado pero por fortuna sabía controlarse.

Así que al final solto un suspiro ligero para calmarse un poco cuando la joven lo libero estando afuera del establecimiento, escuchó su voz y decidió responderle aun algo serio y volviendo su mirada dorada donde ella -¿Sabes? es arriesgado que entres a un bar portando el uniforme de la legión de por si no somos populares entre los ciudadanos, menos lo seremos en un bar lleno de ebrios y sujetos como ese…- señalo con su dedo pulgar el establecimiento que ahora estaba a su espalda ya que había quedado de frente a la joven peli castaña.

Entonces nota aquella curiosa sopa en sus manos, ¿había entrado a ese bar por una sopa, arriesgándose a ser torturada por aquellos tipos o peor?. No pudo más que cerrar sus ojos unos momentos y negar con su cabeza para después volverla a ver.

-¿Te arriesgaste en un bar tupido de hombres por una sopa?...- le pregunto con curiosidad, quería confirmar sus sospechas y saber que tan osada o más bien tonta había sido esa joven.

-Para sopas yo puedo hacerte alguna cuando quieras, pero no tienes por que meterte a esos lugares y poner en peligro tu vida- Le comenta aquello un tanto serio y con cierto desconcierto a la vez, no podía entender por que algunas personas hacían tonterías cuando podían recurrir por ejemplo a la ayuda de un compañero o pedir direcciones para comer en un lugar más seguro, le había tomado con suavidad de los antebrazos mientras le decía lo ultimo así que era posible que la joven notara su mano mecánica, lo cual le importaba poco, es decir, no podía hacerse crecer mágicamente un brazo humano cuando ya hace tiempo lo había perdido debido a que un titan se lo había arrancado sin problema alguno.

Escuchaba a la joven tratar de sacar algo en su defensa pero al parecer no podía hacerlo, él comenzó a sentirse un tanto mal por haberle reclamado ya que ni idea tenía que la joven frecuentaba el lugar así que solo suspiro ligeramente mientras la escuchaba con aquella voz dulce y tímida, pero cuando esta le grito en cara aquella negativa él puso una expresión de extrañeza y decidió soltarla tranquilamente. Relajo un poco su mirada mientras se colocaba su mano izquierda tras su nuca al escuchar aquellas palabras de que si se había preocupado por ella. La verdad si, se había preocupado por la castaña pero no quería sacarlo tanto a relucir.

-Solo cuídate ¿sí?...aunque sea un lugar que frecuentes a menudo, nunca sabes quién puede entrar- fue lo único que le dijo antes de separarse de ella tranquilamente no sin antes notar aquel pequeño rubor en las mejillas de la joven, se veía muy linda así, de hecho le agradaban las chicas que se ruborizaban tan fácil a otra de sus compañeras le había pasado de forma similar hace unas semanas atrás.

De todas maneras por ahora quiso apartarse para no molestarla más y justo cuando se iba a alejar llego el recepcionista de la posada en la que él se iba a hospedar para darle las llaves ”Señor al fin encontré las llaves de su habitación ¿aun se va a hospedar en mi posada?” le pregunta con curiosidad aquel hombre de edad avanzada pero con una vitalidad sumamente extraña para un hombre de su edad. Rokuta solo extendió su mano izquierda para recibir las llaves por parte de aquel hombre solo confirmándole un “Si” al asentir una vez con su cabeza.

-Nos vemos- Solo le hizo una señal de despedida a aquella chica de su mismo escuadrón mientras se dirigía a la posada de enfrente, no tenía idea de donde se hospedaba aquella joven solo no deseaba causarle más problemas por ahora. Aunque el encargado de la posada decidió averiguar donde se hospedaba aquella chica preguntándole directamente si ella tenía un lugar donde pasar la noche y que si lo deseaba podía hospedarse en la misma posada que su compañero ya que tenía cuartos disponibles aún, después de todo esos días estaban bastante tranquilos como para que fuesen visitantes a rentar un cuarto por ello mientras más rentaran habitaciones en aquella posada, más ganancias tendría aquel hombre al final de cuentas de eso vivía de darle hospedaje a la gente que venia de visita a cambio de unas monedas.

Justo cuando él se dirigía a la posada fue que vio a la joven peli castaña caminando donde su dirección y parpadeo un poco, le parecía familiar su rostro pero creía que solo era un delirio más de su parte. Se encontraba en esos momentos en las escaleras a punto de subir al segundo piso en donde se encontraban todas las habitaciones enfiladas en un mismo pasillo, él ya traía su llave en mano y al escuchar lo que decía el recepcionista y luego la joven, decidió bajar de las escaleras tranquilamente para entonces ver a Daria -Puedes pasar la noche en mi habitación si quieres, la pedí con un sofá y una cama entonces yo dormiría en el sofá no hay problema- comenta aquello sin ningún problema mientras el recepcionista hace el registro necesario de ambos en una sola habitación individual que contaba con un baño completo y lo necesario para una persona aunque ahora eran dos.

Cuando el recepcionista termina de meter la información necesaria en hojas de registro decide tomar la delantera para poder mostrarles la habitación sin embargo antes de subir, Rokuta le cede el paso a Daria rumbo a las escaleras haciéndole una reverencia ligera mientras le sonríe un poco -Las damas primero…- dice aquello en un tono agradable para después avanzar cuando Daria lo hiciera, siendo ella quien estuviese atrás del recepcionista viendo a donde iba, él solo la seguía a ella, esperaba que la habitación no fuese tan pequeña y que al menos tuviese espacio suficiente para estirarse porque sería la primera vez que vería el lugar en donde se hospedaría. Era la primera vez que compartiría hospedaje con una mujer y la verdad aquello lo ponía algo nervioso aunque esto no se reflejara en su expresión. Mientras caminaban él no apartaba su vista de la peli castaña aunque en esos momentos la tuviese de espaldas, simplemente le parecía muy conocida pero por alguna razón no podía recordar su nombre, tenía el presentimiento de saber quién era aunque le estaba resultando todo un reto el recordar siquiera su nombre.

Había visto como Daria intentaba impedir que el recepcionista hiciera el registro pero él solo la observo con curiosidad y negó tranquilamente cuando la peli castaña le comenta que no deseaba ser una incomodidad para él -No hay problema- le responde tranquilo para entonces seguir ambos el recorrido hasta la habitación, justo cuando él toma el picaporte de la puerta vuelve a escuchar a la hermosa pelicastaña, aun no recordaba su nombre aunque le sorprendió de sobre manera que ella lo llamase por el suyo, al punto de abrir sus ojos con sorpresa, para entonces verla directo a los ojos, fue en ese momento que comenzó a recordar todo…los entrenamientos, cuando inicio en la división hasta incluso el momento del tatuaje, todo el tiempo esa joven se veía muy centrada en lo que hacía, él también lo estaba pero de vez en vez volteaba a ver a sus compañeros para tratar de identificarlos aunque no recordara del todo sus nombres.

Fue entonces que el nombre de la joven vino a su mente de forma estrepitosa recordando el momento en que ella se presento en la división haciendo el saludo militar como todos los que conformaban el escuadrón de la legión de reconocimiento, así que decidió llamarla por este al escuchar sus palabras mientras abría la habitación con ayuda de la llave colocando esta con su mano libre para así poder girar la perilla.

-Daria…no digas eso, yo te dejare descansar en la cama porque es lo correcto, si te dejara dormir en el sofá sería algo egoísta e irrespetuoso de mi parte-

Le dijo aquello con tranquilidad aunque su expresión estaba algo seria, decidió darle el paso nuevamente en cuanto abrió la puerta y después de que ella entrara él la seguiría para después cerrar la puerta tras de si y dejar la llave en la pequeña mesa que estaba a un lado del sofá, era una habitación que contenía lo indispensable, ni más ni menos ya que era lo más barato que había podido encontrar dentro del muro Sinna.

Antes de que su compañera dijera algo más se quito su equipo de maniobra y lo colocó sobre el sofá para después quitarse la capa que tenía el símbolo de la legión tras su espalda, quedando con su camisa interior y su pantalón puesto para después volver su mirada de reojo a Daria ya que le estaba dando la espalda mientras se ponía cómodo.

-Emm…¿te podrías voltear?...- más que ser una pregunta esperaba que lo hiciera para poderse quitar su camisa y sus pantalones sin ningún problema, en cuanto eso sucedió fue que se quito su camisa interior dejándola en el suelo quedando con el torso desnudo para después quitarse sus pantalones, primero el cinturón y después la prenda, quedando así en sus bóxers azules dejo todas sus cosas en el suelo para así recostarse en el sofá. De esa manera se podían ver perfectamente sus prótesis mecánicas tanto la de su brazo derecho como las de ambas piernas que comenzaban a la altura de la rodilla, no quería molestarla con eso de estar desconectando sus prótesis para dormir y demás así que quiso descansar con estas puestas aunque le pesaran un poco.

Ya había cerrado sus ojos para descansar un poco después de todo ya era de noche, aunque cuando escuchó que la puerta del baño fue abierta, sus ojos dorados comenzaron a abrirse lentamente y los dirigió donde Daria sorprendiéndose de lo que veía, era la hermosa joven usando una bata para dormir por demás provocativa ya que casi no dejaba nada a la imaginación y por ello el rubor en sus mejillas no se hizo esperar, pero ¿por qué no le dijo a Daria que justamente iba en su dirección sabiendo que ella caminaba con los ojos cerrados para evitar verle?, simplemente porque se había quedado un momento en trance, momento en el cual la hermosa peli castaña tropezaría con la ropa que él por flojo había dejado tirada en el suelo.

Lo siguiente que sucedió lo vio en cámara lenta, podía jurar que para él así había sucedido todo hasta que tuvo a la joven parcialmente sobre su cuerpo y en esos instantes él la había tomado de las caderas para evitar que cayera al suelo o se lastimara. Sus ojos dorados se clavaron en los de ella con una expresión de sorpresa e incredulidad por lo que sucedía sin que el rubor de sus mejillas disminuyera aunque suponía que era menor que el de Daria.

¿Por qué justo le pasaba eso con la mujer que había llamado su atención desde la primera vez que la había visto?, se sentía tan avergonzado en esos momentos aunque se armo de valor para cargarla entre sus brazos con cuidado y levantarse del sofá sin soltarla -Como…como no quiero que duermas en el sofá y tu no deseas que yo duerma en el sofá…entonces…tendremos que compartir la cama…si eso no te incomoda…- desvió un poco la mirada hacia un lado mientras decía lo ultimo para entonces recostar a Daria en la cama con delicadeza y él recostarse al lado de ella, no era una cama muy grande y carecía de sabanas, solo era el mero colchón y la funda de este además de la almohada.

Decidió al final abrazar a Daria para impedir que en el transcurso de la noche tuviese frío mientras la observaba y el rubor en sus mejillas no se esfumaba para nada -Solo…solo lo hago para que no tengas frío…no hay sabanas entonces…es…es todo lo que me queda por hacer…- le comenta aquello bastante avergonzado, pensando que en cualquier momento Daria tomaría venganza por el atrevimiento del ojidorado al haberla cargado en un inicio y después por haberla abrazado sin su consentimiento previo. La verdad es que se sentía tan bien el cuerpo de Daria ya que su piel era tan cálida y suave al tacto aunque aquellos pensamientos y elogios hacia la joven solo los tenía guardados en su mente, no pretendía sacarlos a flote ya que era posible que la joven de cabellos castaños pensara que él era un pervertido o algo similar.

Al tener a Daria sobre él rodeándola con su brazo izquierdo decide volver su mirada donde ella mientras le sonreía ligeramente aun sin que el rubor de sus mejillas se hubiese desvanecido.

-No…no tienes por qué disculparte…fui yo quien dejo la ropa tirada, así que…yo debería ser el que te pidiera disculpas…emm…buenas noches Daria- Le comenta aquello con suavidad y con su voz un tanto entrecortada ya que aun estaba algo nervioso, para luego desviar su mirada donde el techo de la habitación aun algo ruborizado por lo que estaba sucediendo…es decir, nunca se imagino siquiera estar con una mujer en una posada y menos en la cama de la misma.

¿Qué habría hecho su progenitor a su edad?, al tratar de pensar un poco simplemente le salió una gotita puesto que recordó sus taaan sabias palabras: ”¿Que hacía yo a tu edad, preguntas?,  Bueno, tu madre y yo te estábamos cocinando! Jajajajaja!” al principio no había entendido a que se había referido su padre con aquellas palabras de ‘cocinarlo’ pero después sí que las entendió y cuando recordaba su risa burlona, su rostro se puso rojo como un tomate.

¡¿Por qué demonios recordaba esas estupideces que le decía su padre en esos momentos?!, justo cuando estaba con Daria en aquella habitación. Decidió colocarla con cuidado a un lado de él en la cama para que estuviese más cómoda después de todo había un poco más de espacio en el colchón aunque fuese individual. Quiso observarla unos momentos mientras dormía se veía tan linda e inocente de esa manera que incluso tuvo el ligero impulso depositarle un pequeño beso entre sus cabellos para después separarse un poco de ella y comenzar a quedarse dormido por igual.

La noche paso como agua, rápidamente y sin problema alguno, aunque los rayos del sol le hicieron querer abrir los ojos lentamente y entre muecas de disgusto, lo primero que estuvo en su rango de visión fue Daria al verla ahí aun dormida y con los rayos del sol iluminando su rostro suavemente, un ligero rubor cubrió sus mejillas para después volver su mirada hacia el frente pensando en si meterse a bañar o esperar a que Daria lo hiciese primero, después de todo él se tardaría ya que seria una tarea algo complicada el quitarse él solo sus prótesis con un único brazo de carne y hueso, normalmente lo ayudaba su padre o su tía en caso de que su progenitor no estuviese rondando cerca, pero ahora su familia se había quedado en Trost y él había viajado al interior del muro Sinna sin ningún tipo de compañía confiable  al menos no con alguien a quien pudiese pedirle ese favor tan grande y personal.

Ahora que lo pensaba bien, tal vez ese día no se bañaría porque no tenía una manera de hacerlo rapido a menos que estuviese alrededor de una hora encerrado en el baño tratando de desconectarse sus tres prótesis para finalmente poderse bañar. No sabía que hacer así que al final solo cerro sus ojos un momento y suspiro ligeramente.

Comenzó a abrir sus ojos nuevamente al escuchar algo de ruido, aun los rayos del sol le molestaban pero igual quiso sentarse tranquilamente en la cama y frotar sus cabellos verde oscuros con su mano izquierda para quitarse lo adormecido de encima, sin embargo al retirarla y volver su mirada dorada donde se suponía estaba Daria dormida se encontró con esta misma pero cambiándose de espaldas a él, aquella escena le hizo abrir sus ojos bastante sorprendido y que su rostro se pusiera tan rojo como un tomate.

-Da…Daria…- dijo en voz baja el nombre de la joven para luego tratar de voltearse y evitar verla mientras se cambiaba, lamentablemente el espacio de la cama individual se había acabado y cayó directamente al suelo de cara a este -Aaah!! – Apenas y alcanzo a gritar mientras caía al suelo y su cara azotaba contra este en un golpe seco.

-No…no vi nada!…lo juro!…- dijo aquello algo entre cortado y con su cara en el suelo para luego levantarse poco a poco quedando sentado y colocando su mano izquierda sobre el puente de su nariz ejerciendo presión con sus dedos sobre esta para controlar la hemorragia nasal que tenía más por el golpe tan tremendo que se había dado contra el suelo de madera que por el hecho de estar avergonzado que claro que lo estaba ya que nunca había visto a una mujer cambiándose y en esos escasos momentos había visto a Daria. Debía admitirlo, la joven no estaba nada mal, pero aun así él no era un pervertido simplemente aquello había sido un accidente, ¿quién se iba a imaginar que cuando abriese los ojos estaría una mujer cambiándose de ropa cerca de él?, absolutamente nadie.

Trato de tranquilizarse al suspirar ligeramente aun sin dejar de ejercer presión con sus dedos en el puente de su nariz ya que parecía que aquella sangre no se detendría y sabía en sus adentros que la mayoría de esto se debía a lo que había visto pero no deseaba confirmar como cierto por temor a que Daria lo tachara de pervertido o algo peor, cosa que él no era, simplemente era un jovencito un tanto despistado en ocasiones.

En verdad estaba nervioso en esos momentos, ¿se habría dado cuenta Daria que él en verdad había visto parte de su espalda y su busto prácticamente al descubierto mientras ella se cambiaba?, no lo sabía pero esperaba que no, de lo contrario dudaba siquiera poder llegar al día de la misión a la que ambos habían sido convocados. Si, a él también le había llegado una carta días atrás mientras ayudaba a su padre con los encargos numerosos de pan en el distrito Trost, al parecer a los pueblerinos les gustaba como preparaba los panes su padre, ni él mismo sabía la receta con exactitud pero lo que si tenía en mente es que su progenitor se divertía cocinando, tal vez eso era lo que agradaba a las personas.

El hecho de que alguien hiciera bien su trabajo y a la vez sintiese un gran gusto por el mismo, lo cual poca gente sentía en esos días por sus labores cotidianas o esa impresión tenía él debido a la gente con la que se había topado en Trost.

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Off-rol:

Al ver a Daria frente a él solo se ruborizo un poco mientras seguía sujetándose el puente de su nariz, para después negar ligeramente ante su pregunta de que si le dolia mucho, la verdad era que no, solo era el exceso de sangre que salía de su nariz debido al golpe que se dio contra el suelo. Cuando Daria lo ayudo a levantarse él decidió cargar la mayoría de su peso con su brazo mecanico y sus piernas ya que su mano izquierda la cual era de carne y hueso la estaba usando para ejercer un poco de presión en esta y así tratar de evitar el que la sangre siguiera fluyendo fuera de su nariz.

Una vez recostado en la cama y con su cabeza en la posición que le había dicho Daria, comenzó a sentir que el sangrado disminuía mientras su mirada se centraba en la ubicación de su compañera, cuando ella le trajo la toalla la tomo rápidamente para entonces limpiarse la sangre de la cara una vez que el flujo de sangre se vio interrumpido. Fue entonces que volvió su rostro donde ella y le sonrio ligeramente.

-Ya estoy mejor, perdona si te asuste no fue nada grave creo que solo se rompió una pequeña vena dentro de mi nariz por el golpe pero ahora ya está todo bien, gracias a ti…- Quiso darle el crédito a Daria ya que ella había sido la que le había dicho en que posición poner la cabeza para detener la hemorragia y donde presionar y demás, todo eso le había ayudado mucho a evitar aquel malestar de tener su nariz sangrando todo el tiempo.

Cuando sintió que ya estaba mejor decidió sentarse en la cama un momento para luego levantarse e ir por su ropa que estaba cerca de donde se ubicaba Daria y mientras la escuchaba se ponía su pantalón, para después tomar su camisa y ponérsela  tranquilamente, por fortuna era solo de colocársela encima y no tenía que abrochar ningún botón ya que era una pesadilla al menos para él hacer ese tipo de cosas que para cualquiera seria pan comido.

Mientras se vestía decidió responderle a su compañera, después de todo él solo había dormido en bóxers ya que no tenía dinero para comprarse una pijama cómoda por lo tanto dormía con la prenda antes mencionada.

-No me has causado ningún problema, no digas eso- le sonríe tranquilamente mientras le menciona aquello observándola con sus ojos dorados para luego acercar su mano izquierda donde los cabellos de Daria y acariciarlos un poco, tenía un cabello muy suave como la seda misma.

- Y me encantaría ir a desayunar contigo, pero no conozco el distrito ¿tu si? o ¿sabes de alguien que lo conozca?- Decidió aceptar la propuesta de Daria y a su vez expresarle sus dudas mientras retiraba su mano de los cabellos de la mayor y se colocaba al final su chaleco de la legión, su túnica verde con el logo de su escuadrón y sus botas militares castaño oscuro que siempre las mantenía con las cuerdas atadas y así introducía sus pies en el calzado con algo de esfuerzo pero era preferible para él hacer eso que estar abrochando y desabrochando sus botas lo cual era una tarea titánica para el joven oji dorado teniendo en cuenta que tenía mayor precisión y destreza con su brazo izquierdo que con el derecho al ser este una prótesis mecánica que aun no podía controlar en cuanto a fuerza física se refería.

Al terminar de cambiarse quiso disculparse con Daria por si le había desagradado el hecho de verlo solo en bóxers y exponerle sus prótesis mecánicas sin haberle contado nada previamente, ante ello colocó su mano izquierda tras su nuca y bajo su rostro ligeramente apenado.

-Perdona si te pareció desagradable el ver mis extremidades mecánicas, yo…bueno, emm….no tengo una pijama y suelo dormir en bóxers la mayoría de veces por lo mismo- Presentía que había dicho una estupidez al final así que decidió darle la espalda a la joven mientras su rostro se ponía rojo como un tomate, lo bueno es que esta vez no le había salido sangre de nuevo.

Decide volver su mirada donde ella nuevamente cuando le comenta sobre sus prótesis mecánicas, él no sabía que Daria tenía conocimiento de estas y sobre todo por parte del capitán de división, de todas maneras a él le alegraba que no lo viese como algo extraño si no como si no tuviese problema alguno.

Sonríe ligeramente ante las palabras de la joven de cabello castaño para al final arreglarse la capa de su división y escuchar lo de la bata de dormir de Daria, así que el rubor en sus mejillas volvió al recordarla cambiándose y su mirada se desvió hacia otro punto mientras se arreglaba lo que restaba de su uniforme.

-Emm…si, estamos a mano…- Fue lo único que le respondió aun algo nervioso para después volver de nuevo sus ojos dorados donde ella al escucharla hablar sobre el muro Sina y el hecho de que había vivido ahí la mayoría de su infancia, en pocas palabras…¿Daria venia de una familia con poder económico?, eso sí que le había hecho sorprenderse al menos un poco, ya que lo que él sabía era que las familias más adineradas vivían en el interior del muro Sina, el resto se las arreglaban como pudieran.

Él por ejemplo venia de una familia humilde en el interior del muro María que tuvieron que evacuar al debido al primer ataque que lanzaron los titanes, así que ahora vivía dentro del muro Rose en el distrito Trost.

Aunque su condición de vida seguía igual puesto que su padre casi nunca tenía dinero en las manos y lo poco que sacaba era para comprar más ingredientes para mejorar los panes que vendía, su tía por el otro lado al dedicarse a servir a las tropas estacionarias lo que ganaba como sueldo lo usaba para construir en su taller prótesis mecánicas tanto para su sobrino como para sus compañeros que hubiesen perdido una extremidad.

Había dinero pero este era escaso en su familia así que tenían que distribuirlo lo mejor posible para cubrir todas las necesidades básicas y esenciales como lo era el agua para el aseo diario y la comida para alimentarse.

Al final asintió ligeramente cuando ella le propuso salir a desayunar y la verdad él ya tenía hambre, así que no le importaría comer cualquier cosa, fuese un pedazo de pan o una bola de arroz lo que sea que fuese para consumo humano sería suficiente para él, no necesitaba manjares pero igual estaba en el interior del muro Sina así que era posible que la mayoría de restaurantes y demás sirviesen carne o algo parecido, eso sí que quería probarlo ya que nunca en su vida había probado la carne.

-Vamos a algún lugar agradable que conozcas y que sirvan comida deliciosa, yo nunca he probado la carne y me pregunto si tendrá un sabor agradable…- Le comenta aquello bastante amigable mientras abre la puerta y le cede el paso a su compañera haciéndole una pequeña reverencia educada mientras le sonreía ligeramente.

¿A qué restaurante irían?, no tenía ni idea pero esperaba que fuese alguno en el cual el menú incluyera carne, tenía que sacarse su duda de si aquella comida era rica o no y ¿el porque solo se la reservaban para los altos mandos o para la gente pudiente de Sina?. A lo mejor eso significaba que era demasiado bueno aquel alimento como para que un plebeyo como él pudiese tener la oportunidad de probarlo.