A Quiet Walk { Pv Camilla-sama ~ Angelica-sama }

El sol, el calor, sin nubes que opacaran a esa gran estrella que quemaba la piel blanca de Camilla, tornandola tostada cual pan al horno. Llevaba un buen rato caminando por el distrito, a la ojos azules no se le daba mucho el cuidar de personas ajenas a su entorno, pero no le quedaba de otra pues ese día tenía que vigilar a unos hombres que jugaban por lo sucio, estaban contrabandeando partes de titán, rocas mejor dicho, las hacían pasar por eso para los coleccionistas o locos que pretendían saciar su curiosidad por los gigantes destruye y come todo. Elevando una se sus manos a su cabellera rosa la sacudió para hacer respirar el cuero cabelludo, de verdad que hacía calor ese día, ni siquiera los cigarrillos la tenían tranquila o relajada como antes, ya iba por el sexto cuando decidió parar cerca de una escalonada. Para cuando logró estar más cerca de la escalera noto el cuerpo de una fémina, una niñata mejor dicho, parecía reconocerla de algún lado pero su memoria no era tan buena como pareciera. Se le veía tan tranquila mirando al cielo, hasta le daba un aire de ternura recordando a su hermana menor, ciertamente no era de las que sentía ternura por cualquier individuo, pero el mero hecho de parecerse a su único familiar sanguíneo le daba esa sensación. Mordiendo la colilla de su cigarrillo se paro frente a la castaña, escuchandola decir unas cuantas palabras lastimeras.

>> Ciertamente, no esperes a que cambie de la noche a la mañana, aprende a vivir con la pesadilla o muere... -Murmuró con cierto tono hostil, sus ojos azules se clavaban en los ajenos cual cuchilla, no tenía nada mejor que hacer que intimidar a esa niña, además, le daba gracia su estatura, toda su complexión en general. - ¿Qué haces ahí eh? Aquí hay mucha gente peligrosa, le pueden hacer daño a una enana como tú...

Colocando una de sus manos a la cintura esperaba respuestas de la joven, quien a su mala suerte se había topado con una muy enojada Camilla, quizá no era su culpa, la culpa era de la atmósfera cálida que tanto detestaba, pero... estaba en su camino.

Una voz suave calmada llegaba a los oídos de la ojos azules, de no ser porque escuchaba el curioso tintineo de un cascabel le habría dicho a la desconocida que fuera a dar por culo, pero el caso era que no era una desconocida del todo. Angelica Glaciel, la reconocía de misiones apartadas y vagos recuerdos de ella en la academia, además de ser de la legión de reconocimiento que es de donde más reconoce a la mujer de blancuzca cabellera. Una sonrisa ladina se coló por sus labios viendola a los ojos, la verdad era que se llevaban bien a pesar del trato hostil y sarcástico que suele emitir la pelirrosa, es como suelen decir algunas personas, junta dos polos opuestos y se llevaran, o atraerán, pero a la adicta al tabaco no le van las mujeres. Exhalando un poco de su cigarro dejo que se fuera de entre sus labios como agua, bajaba como si la gravedad hubiera aumentado de pronto en el aire, pero era toda una técnica que había aprendido ella misma, trucos con el tabaco, orgullosa de saberlos no estaba, tenía demasiado tiempo libre para eso.

>> Miedo deberían tenerle a otras cosas, Angelica. Además, no sería la primera persona que me tiene miedo a mi - Se cruzó de brazos sin quitarle la mirada de encima a la cabellos color cana- Solo hay que subir dos edificios a la derecha y unas dos cuadras a bajo, me imagino que te asignaron resguardar las calles... que hoy están más que agitadas.

Ignorar es muy feo, pero a Camilla no se le daba solo porque fuera ella cruel, simplemente en una pequeña como la castaña y con esa voz tímida, suave, jamás la escucharía a menos que pusiera completa atención en ella. Hablar fuerte y sin tapujos es como deberían intentar conversar con la ojos azules, de otro modo esta se ira por las ramas de sus pensamientos o perderá el interés por la conversación. El sermón que le tiraba Angelica era en lo que estaba concentrada ahora, arrugando la nariz con una mueca de desagrado fue lo que recibió, si bien ella era negativa en esos momentos no era su incumbencia, estaba molesta por diferentes razones, hacerla enojar más no debería ser la mejor opción.

>> ... -El chillido de un grito la alerto y sus ojos pasaron de la altura de Angelica, a la pequeñez de la castaña, esta última se explicaba alegando ser de la legión. Su mirada era fría cual hielo intentando analizar a la pequeña ¿Desde qué generación se habían vuelto tan hijos de puta para graduar a una niña como ella? Tan... debil. - Un gusto Yui, soy Camilla d'Errico... desde ahora tu jefa suprema y protectora... -bufó en broma para soltar una pequeña risa que daba más miedo que otra cosa- ... Te llamaras... Puppy. -La señaló siguiendo en plan broma, aunque fuera algo pesada en eso y no se le diera tan bien.

La niña tenía su caracter y eso se destilaba al responder con cierto tono de molestia. Aun así, era demasiado ligero como para hacerle sentir algo negativo a la cabellos rosas, apenas una sonrisa ladina fue lo que consiguió por semejante atisbo de valentia. Era demasiado pequeña aun para estar hablando en serio, para decir que era de la legión de reconocimiento, pero ella no era quien juzgaba las aptitudes para entrar o salir de la academia. Eran solo comida extra para los titanes.

>> De acuerdo, Yui Malek... - Mencionó con el tono de voz más suave que tenía o el más fingido quizá. El apellido le era familiar de antes, pero no recordaba muy bien de donde, alucinaciones igual. Las tres estaban vigilando sectores al parecer, el distrito trost es famoso por tener siempre atiborrado de gente sea día o noche, pero también por algunos negocios sucios que habitaban en las entrañas del mismo. - Sería mejor si patrullan ustedes juntas.

Mencionó mientras sacaba otro cigarrillo, la calma y el "quedarse porque esta lindo" de la castaña no le daban buenas expectativas sobre ella en cuestión a cuidarse sola, aunque dando igual el asunto, a ella no debería importarle una chiquilla que conoció sus cinco minutos de fama y enojo. Fumandose un nuevo cigarrillo pasaba de la mirada baja a la glacial de Angelica.

>> Independientemente de si eres una molestia o no, creo que te vendría mejor ir acompañada ...

Luego de mi pequeño enojo, las palabras de Camilla me llenaron un poco más de tranquilidad. Ella me diría Yui, por lo que eso había sido un logro para mi, ya que tenía que defenderme y hacer valer todos mis derechos que yo tenía, no podía dejar que por mucho que sean mis compañeras que me pasen a llevar, tenía que demostrar (aunque me costara) que tenía todas las capacidades para ser parte de la Legión y para proteger a la humanidad de aquellos titanes que siempre nos rondaban todos los días. Yo quería ser ese granito de arena que sirviera para poder parar toda esta pesadilla, cueste lo que cueste, tenía que intentarlo.

— Independiente... Yo soy una persona, y el cielo siempre ve todo lo que está pasando. Por lo que quería hablar con el cielo para comentarle que yo no me voy a rendir por el tema que estamos viviendo... — dije en modo de respuesta. Se que quizás no vendría para nada que ver lo que yo estaba diciendo. Pero era un tema que yo siempre hablaba por mi sola, como siempre estaba sola, nunca tenía un apoyo realmente importante, siempre me conectaba con el cielo o conmigo misma para poder reflexionar de todo lo que me estaba pasando, o al menos eso era lo que yo intentaba.

Por lo que Camilla dijo que era mejor que yo con Angelica-san nos pusiéramos a patrullar juntas. Yo aún seguía un poco disconforme por aquellas palabras, si que Angelica-san me dijo que esperaba que esta conducta relajada solo esté presente dentro de las murallas. Por lo que yo asentí y reincorporándose de manera muy fuerte le dije animada — Que sea relajada aquí, no significa que afuera de las murallas lo sea... Soy bastante profesional por el tema de la Legión. — dije afirmando, tenía que demostrar que podía.

Luego Angelica-san comenzaba a decirme que había que tener mucho cuidado. Por lo que había que estar tomando cautela, si que le asentí ante todas las palabras que me estaba diciendo ella. Si que ella luego dio una idea que podríamos ir las 3 y luego ir al cuartel a hacer el reporte, por lo que yo tímidamente respondí — Por mi bien... —asentí.