[Trama] Entrando en territorio enemigo

Nuevo día, nueva expedición. Esta ya era la 53ª en toda la historia de la humanidad. Un nuevo intento de vencer a los titanes, de recuperar el terreno perdido y poder agenciarse una victoria para la humanidad, la primera de todas ellas. De nuevo, los soldados salían fuera para poder crear una ruta segura hacia el distrito por donde entraron los titanes hace 5 años. El objetivo estaba muy claro: establecer la ruta y luego mandar suministros para taponar los agujeros y poder, con el tiempo, limpiar el territorio entre los muros María y Rose. Una tarea que, con mucha paciencia y seguro muchos sacrificios, se podría realizar. Era posible recuperar el muro María de esos seres de pesadilla que se dedicaban a devorar a los humanos, de los titanes.

Para un hombre en el grupo era otra salida más. Era un nuevo combate que debía librar y una nueva ocasión en la que si vida iba a peligrar. De nuevo tendría que enfrentarse a la muerte de muchas y variadas formas. No obstante, como ya habría demostrado todas las veces que había salido al exterior, tenía el pensamiento de volver victorioso al territorio humano. No iba a cazar titanes o a vengar la muerte de los compañeros, la victoria para él, el ganar realmente la partida, era el volver vivo al final de la expedición. Ahí residía el secreto de todos los que llevaban más tiempo vivos, de los que estaban más prontos a terminar el servicio activo. Solo había que pelear hasta volver a los muros, solo había que mantenerse con vida hasta entonces y, una vez se realizase, se debería volver a los entrenamientos tras un par de días de descanso para prepararse para la nueva ocasión.

Eléftheros había sido de los primeros en aparecer en las puertas de Trost dispuesto a marchar a territorio enemigo. Estaba claro que el loco del ser nacido en alta cuna iba a apuntarse a la expedición. Era su naturaleza, su forma de sentirse vivo, de reafirmar su libertad. Lo había sentido así hace unos meses, cuando por recoger una flor tuvo que sacrificar a muchas buenas personas con tal de defender a las personas encargadas de ese trabajo de un extraño titán capaz de realizar formaciones con titanes normales. Muy posiblemente esta salida para él era la excusa para buscar a ese titán y volver a tener una segunda oportunidad de luchar contra él y matarlo. O quizás no y simplemente estuviese cumpliendo órdenes de sus superiores. Sea como fuere, esta vez él no estaba solo con una serie de soldados de nivel medio. Esta vez lo estaba acompañando gente capaz de pelear o de mantener una buena lucha, contra varios tipos de titanes, por no decir casi todos. Esta vez estaba verdaderamente preparado para lo que fuese que se le viniese encima.

Inicialmente en la parte delantera de la formación de salida junto al resto de oficiales, en cuanto se dio la orden fue el primero en llamar a algunos soldados a que lo siguiesen en la galopada. El lugar se presentaba completamente llano, con árboles con relativamente grandes de tanto en cuando y con carencia de edificios para poder usar el equipo tridimensional. Sin duda era un lugar desfavorable para pelear, pero él había estado entrenando mucho tiempo para poder combatir en estas situaciones, las cuales eran las más comunes por desgracia. Él fue, de todos el que más a la derecha se alejó, siendo parte de uno de los flancos. No era ilógico, su especialidad era matar titanes, acabar con ellos rápidamente para permitir al resto del grupo continuar su recorrido sin desviarse y sin sufrir un gran número de bajas. Algún día mataría con tal soberbia que llevaba encima pero, mientras siguiese vivo y pudiese luchar, seguiría en pie y seguiría intentando matar a sus enemigos para seguir vivo. Era lo que tenía que hacer cualquiera de ellos, luchar y sobrevivir, a cualquier costo.

Durante el galope, estaba claro que iba a haber soldados que se iban a unir por puro instinto a él. Muy posiblemente se uniesen personas que él no conocía bien por no haber mirado sus ficheros, o bien porque nunca habían tenido contacto alguno. Irían en grupo, todos juntos, pudiéndose así hablar unos con otro sin tener que alzar alto la voz. El primero que hablaría sería él, adoptando una voz calmada y profunda, una voz seria que sin duda infundía respeto a aquel que lo escuchase.- Bien, muchachos, a varios de vosotros no os conozco. No sé en lo que sois buenos ni en lo que sois malos. Dadme vuestro apellido y decidme vuestro punto fuerte y vuestro punto débil –Más no dijo, no era necesario que contase nada más o que se pusiese hablar como una cotorra. Tan solo necesitaba conocer las habilidades de los que iban con él para poder sacarles el máximo rendimiento al grupo tanto de forma individual, como en equipo.- Ah, una cosa más. Aquí no quiero héroes, quiero soldados obedientes.Si os digo que ataquéis, atacáis; si os digo que escapéis, escapad. ¿Me habéis entendido?

OFF:

Antes de salir a su segunda misión quiso visitar a su padre que se encontraba en los establos bañando a algunos caballos entre ellos al suyo, había pasado toda la noche preparando a ese enorme caballo percherón de pelaje negro, crin y cola blanca, guantes blancos que tenía en sus patas y aquella raya blanca que bajaba desde su frente y se detenía en su hocico, era un gran caballo o más bien yegua…si era una yegua, según su padre las yeguas se preocupaban más por su jinete que los caballos, eran más fieles a su parecer.

- ¿Ya está?...-

Le pregunta a su padre viéndole con ligera curiosidad mientras este le colocaba a la yegua la silla de montar y ajustaba la correa después de haberle colocado las riendas de seguridad en el hocico para entonces ver a su hijo sin quitarse el cigarrillo de la boca más que para hablar colocándolo entre su dedo índice y medio, mientras expulsaba el humo por la boca, traía ropa ligera como una camisa blanca sin mangas y un pantalón además de botas especiales para estar en un establo trabajando.  Al lugar a donde fuera se acoplaba a lo que había así que era un sujeto multifuncional hacia cualquier trabajo mientras la paga le alcanzara para mantener tanto a su hijo como a él mismo.

” Ya quedo lista, ¿sabes? siempre puedes decir que ‘No’ es una palabra que deberías aprender a usar…”

Le dice su padre sin ningún problema, sabedor de que su hijo iba a su segunda misión al exterior de los muros después de dos años, simplemente no quería que pasara lo mismo que hace dos años, estaba preocupado aunque no lo mostrara en su expresión mientras proseguía revisando el que todo estuviese en orden con la yegua  volvió a escuchar a su hijo.

- Si la usara tan seguido acabaría como tu-

Su padre volvió su mirada donde Rokuta y le sonrió con ligera sorna ” A mí no me ha mordido el trasero ningún titan, a ti ya van dos veces y dicen que la tercera es la vencida ¿o no?” ante eso Rokuta solo frunció el ceño y tomo las riendas de su caballo para sacarlo del establo, cuando el animal estuvo fuera decidió montarlo para comprobar que la silla estuviese bien ajustada, ya traía su uniforme puesto y su equipo de maniobra tridimensional ajustado a la cadera como todo miembro de su escuadrón.

”Hey! te prohíbo morir, quiero nietos me aburro estando solo en casa haciendo panes o aquí limpiando mierda de caballo, prefiero cuidar de un bebé gordo a estar por aquí o llenándome de harina ¿entiendes?”

Si, su padre era un grosero pero al final de cuentas decía cosas que podían ayudar con el autoestima aunque no fuesen las mejores. Rokuta al escuchar lo del nieto simplemente se puso rojo como un tomate y volvió su mirada hacia el frente para después suspirar ligeramente tratando de calmarse - ¿Algún día vas a dejar de decir estupideces?...- a lo cual su padre le respondió con una sonrisa burlona ”Cuando muera será cuando me calle” después de escuchar eso Rokuta decide tomar las riendas del caballo y hacerle avanzar sin voltear a ver a su padre que se despedía de él a lo lejos.

Al llegar junto con los demás integrantes de la legión no dijo nada ni volteo hacia los lados, simplemente fijaba su mirada hacia el frente escuchando las indicaciones del capitán, no le importaba con quien tendría que hacer la expedición ahora siempre y cuando pudiesen trabajar en equipo, es decir que hubiese colaboración mutua, por su parte la habría eso ni dudarlo. Al ver que la puerta enorme se levantaba y les comenzaba a dejar paso a los de la legión fue entonces que todos comenzaron a salir en grupos él decidió seguir al hombre de cabellera rubia que iba al frente y al parecer al lado de este cabalgaba una joven de cabellos castaños, se le hacía conocida más no dijo nada para no distraerla.

Pudo escuchar la orden del capitán así que contesto a esta, al parecer nadie se conocía en esa división, él había visto a algunos pero en si no los conocía a fondo a ninguno a lo mucho sus nombres y nada más, por lo tanto solo se limito a responder al capitán, servía que de esa manera comenzaba a identificar a las personas que cabalgaban junto a él y estos lo podrían identificar a su vez.

- Ikaruga Rokuta señor, mi punto fuerte es la fuerza física en cuanto al uso de la espada se refiere y mi punto débil es la velocidad por espacio de unos segundos, nada más señor-

Dijo aquello con seguridad y sin usar ningún tono grosero o algo similar, él estaba consciente de que al cargar con tres prótesis mecánicas en su cuerpo sumando el peso del equipo de maniobra, su cuerpo se volvía más pesado y aquello lo volvía a su vez un poco lento y por ello tenía que entrenarse todos los días sin importar que los demás descansaran para poder igualar la velocidad de quienes no habían perdido ninguna extremidad, su lentitud al maniobrar solo era de unos escasos segundos pero igual el mejorar era una prioridad para él así que aquello quiso darlo a conocer, no era tan rápido al maniobrar pero tampoco tan lento.

Escucha de nuevo las indicaciones del capitán de obedecerle en todo lo que él dijera, así que responde al igual que sus compañeros con seguridad y sin titubear en lo absoluto: -Entendido señor- para entonces proseguir a galope moderado sin rebasar a nadie y en coordinación con los demás que se habían unido a las filas de aquel hombre de cabellos rubios pero que parecían más blancos que la misma nieve a su forma de ver.

Había llegado el día para el que Ele-sama nos había estado entrenando todo este tiempo, en el que nuevamente me vería enfrentada a ellos, en el mismo territorio, y casi en la misma situación, salvo que ahora yo sería la que vencería y no ellos, estaba vez estaba preparada para todo, para enfrentarse a cualquier cosa, me había preparado física y mentalmente, desde aquel fatídico día en que casi una división entera desapareció intentando retomar el territorio del muro María, y hoy nuevamente se buscaba realizar lo mismo, pero esta vez esperábamos y casi teníamos la certeza de que sería distinto, y de que saldríamos triunfantes, que por primera vez le ganaríamos al terror de la humanidad, que venceríamos a los titanes.

Este día era un día importante para varias de las Divisiones pertenecientes a la Legión de Reconocimiento, incluso es más, no solo era importante para la Legión, si no para todas las tropas en general, pues el hecho de intentar retomar terreno perdido, afectaba a todos y no a unos cuantos solamente. Cuando ya estaba en el lugar indicado, me dedique de pleno a observar todo lo que había a mi alrededor, certificando que efectivamente muchas de las divisiones se encontraban dispuestas para ayudar, aunque solo logre reconocer a algunos miembros de la división Phoenix of Drako Ashes y a otros cuantos de la división a la que pertenecía. En aquel lugar se podía percibir en el ambiente, la tensión, la ansiedad y el nerviosismo de todos, mientras estábamos a la espera de las órdenes de los líderes de las respectivas divisiones, en tanto yo buscaba a Ele, para saber qué era lo que tenía planeado en tácticas y movimientos, conociéndolo de seguro eso ya lo tenía más que listo, e incluso tenía algún plan de respaldo en caso de alguna emergencia, o que algo no saliese como lo esperaba, de cualquier forma y sin importar la gravedad de la situación, Ele siempre sabía cómo actuar.

Tras divisarlo me acerque a él, con paso lento pero seguro, y me puse a su lado mirándolo de reojo, mientras daba las instrucciones necesarias, cada palabra que salía de su boca tenían la seriedad única que lo caracterizaba, esa seriedad hacia que los soldados pusieran expresiones de sorpresa, respeto e incluso algunos de ellos en sus expresiones faciales reflejaban algo de temor, el cual a mi parecer era bien fundado, pues la misión que ejecutaríamos no era para menos, sin embargo todo eso debían de dejarlo de lado, ya que están afuera, compartiendo el mismo territorio que nuestro enemigo, no habrá tiempo para preocuparse de sentir alguna emoción y mucho menos de andarla expresando, en ese momento solo hay que preocuparse de 4 cosas, de los movimiento de los titanes, de las ordenes que nos den, de ejecutar bien los movimientos, y de sobrevivir, no había cabida para nada más, o al menos así lo sentía, era tal y como Eléftheros decía, aquí no servían quienes quisieran hacerse los héroes, sino solo soldados que supiesen acatar las órdenes que les daban, y más aún supiesen adaptarse a cualquier ambiente o situación que se presentase.

Una vez que Ele termino de hablar, una chica de la división de Cain, fue la primera que se armó de valor, y respondió comentando sus habilidades y sus debilidades, me pareció que con ese accionar ella estaba dando el ejemplo, por lo que yo sentía que al ser miembro de la división que Ele lideraba, también debía dar el ejemplo respondiendo lo que el pedía.

Soy Crossfaith, mi habilidad es la agilidad en los movimientos con el 3DMG y me debilidad es el combate cuerpo a cuerpo definitivamente.

Dije mientras íbamos cabalgando a nuestro destino, al lugar donde expondríamos nuestras vidas, para lograr por primera vez el paso que nos llevaría a revertir la situación que ha llevado a la humanidad a vivir tras unas murallas, ese sería el primer paso para sobreponernos a los titanes por primera vez en toda la historia.

Salir al exterior, Fuera de la seguridad de los muros, siempre lograba tener en constante nervio y preocupación a Sunn junto a un pequeño mar de emociónes juntas entre ansiedad y miedo, desde luego no era nada seguro y mucho menos un paseo en campo, sumándole que apenas era una novata, podía intentar comprender fácilmente los desánimos y los rostros de los veteranos a tener que salir de nuevo a ese infierno, ¿cuánta sangre y perdidas habrá en esta expedición sin confirmación de éxito?  Es algo que no se sabe, pero se puede luchar para que sea el menor número posible…Ese era el camino que la pelioscuro decidió tener, ese camino de aventuras y desventuras, ¿el por qué? Es más profundo que un odio a los titanes o incluso el bien de la humanidad, el motivo de Sunn para estar en la división con más pérdidas humanas se podría determinar como una prioridad egoísta de su parte, la razón de su estar es su hermano, su pequeño hermano menor Noah, si bien ella prometió no dejarlo solo ha tenido que hacerlo para  su cometido, exterminar a los titanes para ser libres, para vivir en paz y darle un buen futuro a Noah estando ella ahí o no, es una promesa que dio a su madre antes de desaparecer y ¿cómo no lo haría? Es lo único que tiene en el mundo, es lo único que le impulsa a seguir y si ha de pelear por su seguridad ella hará todo para lograrlo, será fuerte por los dos.

Siendo este el motivo principal de su existencia toma con valor la decisión de aceptar salir de los muros así que por la mañana alisto sus cosas y fue por su gran compañera de guerra en la caballería Rose se llamaba su yegua pinta, tenía hermoso color café  opaco junto con manchas blancas en su cuerpo dando honor a su nombre, una  mancha blanca en su rostro plano le hacía distinguir de otros caballos, o al menos para Sunn así era, cabello azabache y boca rosa son cosas que a Sunn le encantaba de su caballo,  sin demora le alisto el equipo de montar  y ya estando encima de esta le dio un abrazo a su largo cuello.

-Vayámonos de una vez Rose, no quiero que después estés dudando –soltó una sonrisa y una pequeña risa pues prácticamente se lo decía a ella misma y no a Rose quien seguro no entendía.

En menos tiempo de lo que pensó se ya estaban en la partida, cabalgando junto a sus compañeros con un objetivo en común, abrir una ruta para retomar territorio,  estaba bastante claro pero las preocupaciones de Oshima  elevaron un tanto más al ver que era un pasaje plano, sin la ventaja de poder usar la naturaleza a su favor, eran visibles en el campo así que tenían que avanzar lo más rápido posible a caballo, sus pensamientos eran negativos, preocupados y a pesar de ello intentaba mantenerse con calma observando a sus compañeros, semblante serio portaban y era muy lógico pues la concentración era clave, algo rompía los pensamientos de la joven que fue uno de los soldados élite dando la dirección de seguirle, observo el gran grupo de soldados partirse y ella decidió seguirle a él, rápidamente el pequeño grupo comandado por Eléftheros se hizo presente.

Sunn volvió a observar a sus compañeros, varios ni siquiera se dignaban a voltear y reconocerse unos de otros a diferencia de la pelioscura que observo a sus “nuevos” compañeros en ese pequeño grupo, se entendía perfectamente la forma en que todos actuaban, era prioridad concentrarse únicamente en moverse con rapidez, evitar titanes y sobrevivir. Afortunadamente Sunn reconocía ya a bastantes y le daba cierta calma pues conocía como trabajar con ellos, Estando más de cerca la pelioscuro observo mejor a su capitán y se llevó una gran sorpresa pues era al parecer albino y tras un momento de pensarlo recordó unos fuertes rumores que hay acerca de un hombre peli-plateado quien ataco a una horda de titanes y había sobrevivido

“¿¿será acaso este hombre??” Pensaba Sunn entre asustada y asombrada, si eran ciertos esos rumores y el hombre que tenía enfrente era quien ella creía eso significaba una cosa, habría peleas de titanes con demasía, eso le hizo pasar un fuerte trago de saliva en su garganta si bien una de las debilidades de Oshima era un fuerte miedo que tenía contra estos monstruos llamados Titanes lanzarse a una horda de estos para ella era una enorme pesadilla que de tan solo pensarlo le daban fuertes escalofríos y dolor de estómago.

La primera persona en responder a las órdenes del capitán fue Daria, una compañera de división para Sunn quien no pudo dar una pequeña sonrisa “así que aquí estamos Daría” y seguido de otro compañero conocido para la pelioscura, al parecer los Drako Ashes nos hacíamos presentes como equipo aunque nuestra división no estuviera completa, las “presentaciones” seguían en pie mientras los caballos iban a gran velocidad, todos se acercaban al comandante quien no necesito decirlo dos veces se mantenía firme delante  del grupo y a decir verdad escuchar las debilidades y habilidades de todos ayudaría a trabajar junto a los que no conocemos.

Sunn no se iba a quedar atrás, que sintiera emociones negativas en sus pensamientos y estos repercutieran en su cuerpo no le iba a impedir seguir, recordó lo que tiene en los muros esperando por ella -¡vamos Rose!- Dijo a lo bajo mientras le daba unas palmaditas en el cuello a su yegua acercándose a una distancia prudente del capitán y ahí pudo observar su cabello en realidad no era plateado sino rubio “¿¿acaso será el mismo hombre de los rumores??” pensó la chica observándole  provocando que se perdiera un poco en sus pensamientos, rápidamente ella recordó lo que tenía que hacer.

-¡Señor! Oshima Sunn! habilidad con el uso de espadas y cortes profundos!- hizo una pausa antes de hablar, dudaba si decirlo o no pues no sabía si eso era considerado como tal una debilidad, el nervio volvió a estar a flote  -En cuanto a debilidades es una de las más grandes que poseo señor! es el miedo...un miedo el cual creo que la mayoría comparte, el miedo a los Titanes ¡Señor!

La joven no espero respuesta del  hombre al mando y se retiró a su lugar acomodando al caballo en su posición inicial, no se sentía cómoda expresando ese punto débil  pues no quiere ser subestimada o mucho menos desvalorarla, mantenía la vista al frente y atenta de cualquier aproximación de algún titán para dar un aviso previo, escucho por ultimo las palabras del hombre al mando, era claro que ser el héroe seria ser suicida, ¿había gente que pensaba de esa forma? Era lo que la joven Oshima tenía en claro, no ser “héroe”  aunque eso le costara horrores el no cumplir, hacer todo dentro de lo posible y acatar órdenes, es lo que la ha mantenido viva hasta ahora.

Hoy era el día en que se iría al exterior, pensaba acostada mientras miraba el techo siendo aun de madrugada, miraba por la ventana "joder...otra vez..." Los recuerdos de mi única vez en el exterior no habían sido nada gratas, le di la espalda unos momentos a la ventana para ver en el buro de madera desgastado la foto de mi hermano, Chuck y yo, a lado de esta fotografía de antaño se encontraban los goggles, los mismos que traía Chuck en la foto, el único recuerdo que tenía y había quedado de el...cerré los ojos intentando conciliar el sueño pero solo lograba que esos malditos recuerdos me volvieran a la cabeza con lujo de detalle, los gritos...la manera en que mis compañeros eran devorados uno a uno siendo destrozados por las enormes bestias....aun podía oler el desagradable aroma a putrefacción en las entrañas del titán y el cómo quemaba... al levantarme de manera brusca deje salir un grito de desesperación y terror, me lleve las manos a la cabeza cubriéndome los oídos como si eso detuviera los gritos en mi cabeza, esto de tener memoria fotográfica era a veces una mierda en especial cuando se trata de este tipo de trabajos donde la muerte nos acompaña a cada paso que damos..."tengo que tranquilizarme, el mostrarme asustada solo empeorara las cosas, tengo que ser fuerte, como esa salida me esperan muchas así que.." mire a la ventana y el sol estaba saliendo, sin dudarlo salí de la cama y después de un baño de agua fría me puse el uniforme, me mire al espejo al ponerme la capa verde tipica de la Legion de Reconocimiento con las alas bordadas atras, protandola con orgullo-Deséame suerte Chuck- dije mirando la fotografía una vez más mientras me ponía los guantes y al final me acomodaba los goggles en la cabeza.

De mi refugio fui directamente al cuartel a recoger el equipo y de allí a los establos a ver a mi caballo favorito de color negro, un poderoso caballo bastante veloz llamado Rhapsodos antes que nada le di de comer y le cepille, me gustaba tomarme el tiempo de darle sus debidos cuidados, por eso es que me había levantado temprano el hacer esto me permitía relajarme un poco, despejar mi mente de lo que se avecinaba, una vez listo y con la montura puesta me monte en el con bastante facilidad parecía que me tenía bastante confianza, estuve calentando sus músculos por unos 15 minutos para que al momento de tomar grandes velocidades no le costara trabajo el mantener el paso-Mmm me pregunto si en esta expedición los 2 saldremos con vida...pase lo que pase espero que tu si lo hagas ¿me escuchaste Rhapsodos?- dije de manera cariñosa acariciándole el cabello suave, se notaba que era un caballo bastante sano y fuerte, la indicación de agruparnos se nos fue dada así que no teniendo nada más que hacer me coloque los goggles en los ojos tapando así mi mirada y me dirigí a donde se me había indicado.

Solo me había limitado a seguir órdenes y avanzar con el grupo, conforme nos alejábamos podía poco a poco darme cuenta de quienes eran mis compañeros y por supuesto quien iba a ser el que nos gritara las ordenes al no estar el Capitán Azazel... al parecer un tipo albino con fintas de ser un mandón creído seria el susodicho "Seguro que le encanta dar órdenes se le nota en toda la cara" bueno esa había sido la primera impresión del nuevo tipo al mando,  solo torcí la boca un poco el estar justo en este tipo de terreno tan desventajoso era molesto, me hacía ponerme algo nerviosa lo admito "maldita sea dejen de temblarme manos traicioneras" mientras cabalgábamos y mis compañeros se presentaban,  mi cabeza ya estaba recolectando información de los alrededores guardándose de manera detallada en mi cabeza al igual que las voces de mis compañeros y sus características guardando también sus palabras exactas.."me pregunto si estaré escuchando las últimas palabras de alguno de ellos"pensé con algo de pesadez, la primera en hablar fue Daria la pelicafé, no hacía falta analizarla a ella la conocía de los entrenamientos y sabia de lo que era capaz, después le siguió un chico nuevo de la división a la que yo pertenecía Ikaruga decía apellidarse"e leído su expediente sé que usa partes de metal...pero más que una desventaja  se debería ver cómo lo contrario estoy segura que su brazo metálico le da fuerza extra" la siguiente al habla fue otra albina identificándose como Crossfaith por la manera en que se dirigía a su superior estaba un 99.9% segura que era una subordinada de él o algo parecido "Si el que está a nuestro cargo la considera capas...¿quién soy yo para decir lo contrario?" mis ojos aunque no se notó se entrecerraron al escuchar una voz demasiado conocida "Bueno...no es como si me sorprendiera que estemos juntas Niku y yo...parece que el destino nos mantiene juntas a pesar de todo...tsk" considere que era mi turno de hablar así que me acerque al líder lo suficiente como para que pudiera verme y así identificarme

-Grimm reportándose Señor- dije de una manera tranquila a pesar de ser un manojo de nervios por dentro intentando mantener mi temple sereno -Mis habilidades consisten en el sigilo, velocidad y agilidad, al igual que flexibilidad...mi memoria fotográfica la considero también útil en el campo de batalla - seguía mirando hacia enfrente mientras hablaba de manera firme-Mis debilidades consisten en carencia de fuerza bruta y que no se me da bien el seguir las ordenes , moverme en grupo aunque esto último personalmente no lo considero debilidad- Dije esto último de manera orgullosa con el mentón en alto, sin decir más volví a mi posición de la formación, había permanecido ya el tiempo suficiente para que si bien no se me reconociese la cara del todo por los goggles, si por mi cabello naranja, por unos instantes me quede observando bien al tipo que estaba ahora a cargo nuestro "Este tipo me suena a una de las descripciones que leí no hace mucho en un reporte ¿de qué se trataba? a si de un tipo que se había enfrentado a un bonche de titanes y había salido vivo..." me le quede viendo otro tanto a su facciones de principito mimado, no sabía absolutamente nada de el pero era evidente que no se había criado en las calles "pues si resulta ser el tipo de la noticia y la noticia resulta que es cierta este tipo es bastante bueno en lo que hace...peros seguro que es comparado con su ego inflado...lo que me recuerda a cierta personita" intentaba mantener mi cabeza fría, tomando con fuerza las riendas pero por supuesto sin hacerle daño al caballo, levante la vista al escuchar las indicaciones del líder “en este tiempo…¿en verdad todavía quedan idiotas que se quieren hacer de héroes?...por mí no ay problema, espero que nadie se esté metiendo en m camino para estar estorbando” pensé por unos momentos viendo a Sunn, después ocupando nuevamente mi vista el frente del paisaje -Roger…- dije esperando que si hubiera escuchado el que inicialmente me había parecido un albino

Hoy sería el día, durante la 53° expedición de la legión de reconocimiento, donde finalmente saldría de las paredes que la mantenían presa de la libertad que por derecho era suya. Sería un grandísimo logro el sólo salir, orgullosa de ser un miembro del mencionado escuadrón, con la intención de ayudar a la humanidad a descubrir más cosas sobre los titanes: su forma de vida, habilidades, debilidades, existencia, desarrollo, entre otras cosas. Claire sentía el entusiasmo y emoción recorrer sus venas, quizás demasiado para su cuerpo pues no podía mantenerse quieta de lo ansiosa que estaba. Ese día saldría por primera, y probablemente por última vez, fuera del muro Rose. ¡Y conocería a los titanes! A esos seres de gigantesco tamaño, cuya aparición en el mundo es desconocida, que comen humanos por simple diversión o deseo de destruir a ésta raza por completo, a quienes los que poseían una mente coherente les temían por el hecho de que un movimiento de dedo por parte de esos seres podría provocar la muerte de muchos. Cualquiera en su sano juicio desearía quedarse dentro, en la seguridad de los muros. Pero Claire quería lo contrario, quería salir, respirar un aire diferente, encontrarse con cosas nuevas que jamás había visto, ¡y verse con un titán frente a frente, así le costara la vida! Esto hacía que muchos mirasen a la pelirosa como un fenómeno, pero a ella no le importaba. Le gustaba lo diferente, lo riesgoso. ¿Qué mejor forma para encontrarse con eso que una expedición?

Aunque no fuese en realidad fuera de los muros, si no más bien en el destruido muro María, seguía pareciéndole emocionante. El objetivo de la expedición era establecer una ruta e intentar buscar una manera de sellar el agujero que les dejaba el paso libre a los titanes para entrar, según tenía entendido. A Claire la habían adentrado en un escuadrón conformado por varios miembros de Phoenix of Drako Ashes, una organización liderada por Cain Azazel. Basada en la información que había recolectado, el grupo tenía como misión recolectar titanes para su investigación, y a ella la meterían en esa agrupación pronto, quizás después de la expedición, si es que regresaba con vida, claro está. En fin, su misión en el viaje sería el de ofensiva en caso de que apareciese cerca un titán, junto con otros reclutas. Le halagaba que la escogiesen para tal puesto, pues sería su primera vez batallando y no era seguro que lo hiciese bien. Seguramente la habrían escogido al azar, quién sabe. Fuese como fuese, era de poca importancia. El lugar de la expedición sería, en su mayoría, un sitio plano con escasez de árboles, lo que era una gran desventaja pues no se podría usar el 3DMG. De esa forma, el puesto que le tocó en la misión era uno de los más peligrosos. Sonrió ante esto, con el corazón latiéndole con rapidez. Si las cosas así serían entonces lo disfrutaría al máximo. Aún cuando el peligro la rodease, y la muerte podría encontrarse en cualquier esquina, seguía viéndole el lado bueno. Oh Claire, ¿qué será de ti?

Arribó temprano a las puertas de Trost, y observó con curiosidad a cada una de las personas que iban llegando. Unos parecían se veían asustados, otros demostraban seguridad, unos neutrales, otros muertos de miedo, pero nadie parecía estar emocionado como ella. Le decepcionó un poco, pero no lo mostró. Simplemente miró hacia adelante, intentando verse seria, y esperó a que todos llegasen para que comenzase la misión de una vez por todas. Le llamó la atención un hombre albino, casi rubio, que se ubicó en la parte delantera derecha de la formación, y lo siguió por instinto. No sabía por qué, pero algo le hacía sentir que él era un buen líder, su expresión así lo daba a entender. Y no se equivocó. Dio un discurso, en el cual intimidó a los soldados y les inspiró a obedecerle sí o sí, incluso a Claire, quien normalmente se saltaba las reglas por simple diversión. ''Aquí no quiero héroes, quiero soldados obedientes'', aquella oración se quedó pegada en su mente y no dejaba de sonar, como un eco que se hacía cada vez más y más lejano. Tragó algo de saliva, temerosa por lo que podría suceder, y la seguridad que antes la acompañaba disminuía, pero no desaparecía. No. Nada ni nadie le impediría ese día cumplir sus metas, entre ellas ver titanes y respirar libertad. Observó a los demás presentarse y decir sus habilidades y debilidades, tal y como pidió el superior, y cuando vio que era ella la que faltaba pasar al frente lo hizo- ¡Kozlov Claire, señor! ¡Habilidad en armas de fuego y 3DMG, debilidad en batallas cuerpo a cuerpo y seguir reglas, señor! -Comentó en voz alta y clara, con una expresión neutral, y, al terminar, retrocedió junto con su caballo. Ese sería el principio de algo que no estaba segura del final.

La brisa fresca de la mañana que se colaba por la ventana mesia su cabello blanco trayendo consigo una sensación de inseguridad y anticipación, perdiéndose en sus pensamientos solo lo suficiente como para alcanzar a escuchar aquel galopar suave entre las calles concentrándose en la salida de la muralla Rose, suspirando suavemente antes de bajar del alfeizar de la ventana cerrando tras de sí, caminando a paso lento hacia la mesilla principal de la estancia, dejando su correspondencia y una taza de té ya vacía.

La 53°expedición fuera de las murallas en la que formaría parte no tardaba en dar inicio  y ella aun encerrada en esas cuatro paredes, pasó una de sus pálidas manos por sus ojos tratando de desechar aquella absurda idea de quedarse tras la seguridad de las murallas, ya como un reflejo y un pequeño ritual antes de cada salida, no era la primera vez que se encontraría dentro de la muralla maría sin embargo aun con la poca experiencia de haber sobrevivido al exterior de rose el miedo seguía latente y más aún la incertidumbre de no saber quien regresaría, morir aya afuera era sencillo e indoloro emocionalmente, la verdadera pena venia con el pase de lista tras el retorno.

Amarro su cabello con una cinta de cuero y un cascabel plateado, acomodando el arnés del 3D gear de camino hacia aquella alacena que resaltaba entre el poco mobiliario del lugar cuyo contenido parecía mantener un orden impecable para su facil localizacion, claro si sabes donde buscar entre los varios compartimientos, tomando de su interior ciertos bolsillos con correas que enlazo con el arnés en sus piernas tomando después un chaleco ligero con 3 bolsillos similares colocandoselo con algo de fuerza más por la ansiedad y para probar que ajusta adecuadamente sin interferir con el movimiento, una vez conforme con el resultado tomó del interior de la gaveta principal un par de muñequeras  ubicandolas en sus brazos probando el mecanismo antes de terminar por colocarse la chaqueta y comenzar a rellenar aquellos bolsillos con todo tipo de artilugios y detonantes.

Tras colocar dos pequeños anillos diseñados para generar una pequeña chispa si se sabe cómo emplearlos, paso una de sus manos por el último estante para revisar si no olvidaba nada deteniéndose cuando sus dedos sintieron el terciopelo de aquella pequeña cajita escondida de la vista de curiosos- Quizás … un pequeño talismán … no me haga ningún daño…. -  rebusco en el mismo estante una cadena de plata cerrando el armario, corriendo a la puerta de salida acomodando un bello anillo en la cadena y colocandoselo al cuello mientras el sonar de las primeras campanas de aviso llegaban a sus oídos -Bueno …. creo que llego la hora….- acomodo el 3d Gear que descansaba junto a la puerta, atorando en su arnés y pasando una mano por un tallado colgado a la derecha del umbral con el mapa de la ciudad repasando las calles por las que tendría que pasar para llegar a su destino, saliendo poco después a gran velocidad de su apartamento y de aquel edificio.

Tras correr una cuantas calles en dirección a los establos, evitando a la gente y a los puesto, utilizando alguno que otro callejon llego al cruce principal que conectaba a los cuarteles con la entrada a la muralla silbando un tono dulce antes de que el sonido de unos cascos contra el empedrado le hicieran sonreír y acomodarse la capa de la legión de reconocimiento acomodándose el gorro de manera que ocultara su blanco cabello estirando una mano hasta rozar el cálido costado de su montura - ne sheik… estas listo para salir… lo se…. yo tampoco- sujetándose de la silla subió a su lomo tomando las riendas, dandole la indicación de dirigirse a la salida para poder reunirse con el resto de su escuadrón, aún podría llamarlos así? realmente no lo sabía, sin embargo sunn y alice estarian ahi asi que todo iría bien no?.

logró llegar a la salida en tiempo record gracias al entrenamiento de sheik, después de todo en zona no segura; lo suficiente como para no llegar demasiado tarde, por lo que alcanzo a escuchar entre el relinchar de las monturas ya había mucha gente reunida - tres hombres y seis mujeres, si mis oídos no me engañan - suspiro acercándose al grupo escuchando como aquel chico de voz estridente se presentaba ante su superior, o eso quería creer, a veces adivinar las situaciones era un poco difícil - Alice, Sunn, Nephilim, Crossfaith, Vowels, Koslov - hizo un recuento para sí misma de los nombres que alcanzaba a escuchar a la lejanía apremiando a su montura para alcanzarles - Niemeyer, Ikaruga y el lider de escuadron… Eleftheros- rebuscó en su mente algún recuerdo de aquel nombre, tratando de ubicarlo entre la elite de la milicia hasta que un ligero relincho le hizo despertar del trance y caer en cuenta de la formación tomando su lugar y alzando la voz lo suficiente para que pudieran escucharle - Angelica Glaciel, Especialidad, distracción y asistencia,  tengo un buen sentido del campo de batalla y una buena velocidad señor!- suspiro ocultando sus ojos con el gorro de la capa de la legión - mi debilidad… pérdida permanente de la visión - escuche con atención las indicaciones posicionándose nuevamente en formación- Si Señor!!- conteste al igual que el resto de mis compañeros sujetando con fuerza las riendas de mi montura, y cerrando mis ojos ubicando al resto, con los sentidos alerta, reconociendo la ubicación de sunn y alice - tal parece que traen puesto mi regalo- sonrei esforzándome por seguir ese sonido suave alcanzando a detectar a quienes estaban más adelante en la formación delantera, todo gracias al ligero eco - estare en problemas si hay un cambio muy brusco en la formación …. justo al final y al centro de la formación, sheik cuento contigo vale y por cualquier cosa… espero tengas un buen amo nuevo- rei algo tensa poniendo mis oídos en alerta.

Cabalgaban rápido, a un paso muy veloz. El territorio que debían recorrer era mucho y desde ahora hasta la puesta de Sol pasaría mucho tiempo. Tanto tiempo que podrían llegar a lugares seguros que les permitiese acampar si es que antes no llegaban al otro muro, al caído muro María. La caída de María. Recordaba demasiado bien lo que fue ese día. El día en el que, por primera vez en su vida, se había sentido vivo. Era ilógico que alguien lo viese de esa manera, enfrentar a un titán era una locura que solo terminaba en muerte. ¿Pero qué le importaba la muerte a una persona que nunca había vivido? La legión lo cambió. Le dio alas y le permitió ser, existir, vivir. Hoy era uno de esos días, uno de los días en los que salía y debía luchar contra el enemigo para poder volver vivo al hogar. Al fin y al cabo, eso era lo que importaba: volver.

El grupo que se había separado con él era relativamente numeroso. Por la general, no más de 5 soldados se unían en un mismo grupo para cabalgar juntos. Nephilim, Ikaruga, Misaki, Oshima, Grimm, Vowels, Kozlov, Niemeyer y Glaciel. Algunos nombres conocidos por bocas de otros o por simples repasos a documentos dados para dar con el número de los primeros seleccionados para un grupo que se encargaría de pelear en las condiciones tan desfavorables en las que se encontraban ahora mismo. Uno a uno fueron presentándose y haciendo caso a las indicaciones del rubio, el cual intentaba memorizar toda la información que le estaban dando. Un grupo equilibrado, con soldados para cumplimentar cada rol, aunque estaba dándose cuenta que solo la última de las personas en alzar la voz tenía algo de conocimiento en estrategia, a parte de él y su subordinada. No tendría, pues, reparos en contestar a cada uno conforme había algo que no le gustaba. –El miedo se queda en casa –respondió a la vez que Sunn iba terminando de hablar.- Cuando uno se mete en la legión, sabe a lo que se enfrenta. Espero que ello no afecte a su trabajo. –Escuchó a Vowels sin decir nada, asimilando que no era un genio, como se suponía que así eran todos los que estaban en la legión, más tenía ganas de cumplir con su deber. Su voz volvió a alzarse al oír hablar a las dos chicas que decían que no se les daba bien seguir las órdenes.- Pues las mías van a seguirlas. Aquí fuera no estamos jugando a ser el mejor, estamos buscando sobrevivir por encima de todo –dijo tajante, frío, con un tono y unos modos que dejaban denotar que no iba a aceptar que uno de sus soldados se pusiese gallito.- Yo decidiré si importa o no la situación, Niemeyer. Espero no verlo haciendo más que lo necesario a la hora de matar.

El silencio se volvió a apoderar del grupo una vez todos se presentaron y él añadió los apuntes que le parecieron oportunos. No sería la primera vez, si a alguno se le ocurría ser un héroe o ir de guay, que las cosas se complicarían y lo que parecía ser una misión exitosa se iba al traste. Todo porque un soldado ávido de gloria y laureles cabalgó a la izquierda cuando se le había ordenado hacerlo a la derecha. Eléftheros en ese caso no era de grises, era de blancos y negros: U obedecían ciegamente y al pie de la letra sus instrucciones, o se salvaban el culo por ellos mismos y se buscaban la vida como mejor podían. Ya lo había dicho antes, quería soldados obedientes, no héroes.

Aburrido para él se estaba tornando el viaje. No había complicaciones aún y no estaba siendo necesario poner en juego la vida propia con tal de poder seguir viendo el sol salir por el este. Estaba todo demasiado tranquilo y, aunque era de agradecer el poder guardar energías y suministros para más adelante, al rubio no le gustaba para nada tanta quietud, tanta tranquilidad. Siempre lo tenía como un mal augurio. Por suerte, dos titanes empezaron a verse en el horizonte y comenzaron a correr hacia los soldados. Un poco de entrenamiento para poder desempolvar la maquinaria, y para buscar a nuevos integrantes de su grupo –no lance la roja –le indicó a Misaki mientras se acercaba a ella.- El de la izquierda es un Tipo II, el otro es un… -lo miró con detenimiento mientras intentaba medir más o menos su altura.- Tipo III. Vamos a emplear las parejas –Tras esa pequeñísima conversación con su 2ª al mando, la voz del oficial volvió a alzarse para el resto del grupo, más nunca torció la vista atrás.- Tenemos un enemigo de siete metros y otro de entre diez a quince. Crossfaith, Grimm, Oshima, Niemeyer, vosotros cuatro vais a ser los que van a atacar en esta ocasión. Los dos primeros vais a ser asistentes mientras que los otros dos van a ser los asesinos. Quiero una cosa rápida, llegar, ejecutar y volver. Si hay más titanes, volvéis de inmediato. ¿Queda claro? –Sin que el resto del grupo lo notase, el que comandaba el grupo se llevó las manos cerradas a la cabeza y, con el pulgar, se tocó el tabique de la nariz. Sin duda Misaki entendería qué era lo que significaba eso.- Crossfaith os explicará qué es lo que vais a hacer y cómo lo vais a hacer. Andando.