chapter 2: "La reunión" (Toda la división C.A.I.N.)

Un mes y medio había pasado desde que los primeros miembros, Daria, Alice y Sunn se habían integrado a la división, los entrenamientos habían sido múltiples y últimamente habían aumentado las sesiones de dos a la semana a tres e incluso había un día en el que realizaban doble jornada, aunque se había visto al capitán Cain con la energía mermada debido a que se encontraba practicando todos los días ya sea en conjunto a su división o con la División DTE en donde estaba mejorando sus habilidades para eliminar titanes, había dormido poco y su cabeza se llenaba de una leve jaqueca que con unas pocas pastillas que le había dado el doctor de la militar podían mellar en el dolor apaciguándolo levemente y hacer que éste día fuese un poco más duradero.

Había ya transcurrido más de 20 horas del día, la oscuridad lentamente estaba cubriendo la ciudad de Trost, aún era temprano pero había solicitado la presencia de cada uno de los miembros de la división debido a que había escuchado por parte de cada una de sus subordinadas que distintas personas estaban en un claro interés de ingresar a la división, ¿quién lo habría pensado? llevaban tan solo un mes y fracción, y ya tenía solicitudes por distintos legionarios para poder integrarse a los entrenamientos del cuerpo de investigación, una sonrisa apareció en sus labios mientras mantenía su cuerpo reposando en una banca de un parque levemente alejado de las grandes casas, se mantenía allí sumido en sus pensamientos mientras esperaba que las horas pasaban para que dieran las diez de la noche, horario en el que había dicho a todos que se encontrarán en un conocido bar de Trost,"El cuervo cantante", aquel lugar no era ajeno para los entendidos quienes claramente habían escuchado sobre aquel lugar, famoso por sus bellas mujeres que no dudaban en subir al escenario, ya con un par de copas encima, y cantar sus canciones favoritas sobre guerreros y héroes antiguos del medioevo.

Las horas pasaron con prontitud y pronto la noche ya era dominante, las aves revoloteaban con poco poder mientras que el silencio se cernía en las calles de la ciudad, era fácil identificar a quienes poseían dinero de los pobretones vagabundos que solo caminaban hacia un callejón intentando buscar un par de cartones donde acurrucarse, los primeros solían elevar la mirada al observar a quien fuese que pasara por su costado, además de tener un caminar acelerado y rumbo fijo, generalmente eran estos sujetos quienes habituaban los bares aun cuando el toque de queda para los corrientes era estricto para éstos parecía ser esquivo y tener una especie de inmunidad, ya eran cerca de las 10 de la noche y su cuerpo aún se mantenía reposando en el pasto de una plaza, sus piernas cruzadas y sus manos unidas como si estuviera meditando, era parte importante y nunca dudaba en realizar una corta meditación con el tiempo que tuviera, se levantó completamente, sacudió sus ropas y emprendió camino hacia el cuervo cantante con ambas manos en los bolsillos de su pantalón, esbozó una sonrisa mientras caminaba hasta el local. Observó levemente a la gente pasar a su lado ninguna de ellas causaba mayor interés por lo cual las miradas eran apagadas y sin brillo alguno, era notorio que ninguno de los presentes debía de llegar con sus atuendos, debido a que se trataba de una situación netamente fuera del trabajo y pocos eran los miembros de la militar que se atrevían a ir con vestimenta a ese lugar, esto por el hecho de que no eran bienvenidos de manera formal, muchos de ellos se trataban de estacionarios que aprovechaban sus estatus social para comer y beber gratis, no así los policías militares que se encargaban de cobrar ciertas remuneraciones por derechos de protección y en tanto los miembros de la Legión de Reconocimiento eran vistos como simples soldados con un destino fijo: “La muerte”.

Entro al lugar sin ser tomado como referencia, quizás por una que otra chica que mostro interés físico por el joven muchacho, camino lentamente hacia una mesa ya reservada con anticipación, fue atendido por un mesero quien le permitió tomar asiento en una mesa con al menos 6 sillas más a su alrededor. El sector estaba rodeado de personas de la alta sociedad y unos pocos de un rango más bajo, al menos alta en lo que se podía aspirar dentro de Rose, a estas horas no habían muchas personas con alcohol en la sangre pero si ya habían varios cantando en el karaoke (O un improvisado de éste) y bailando en el mismo sector, la gente parecía estar animada y sin ningún tipo de ápice de tristeza, quien lo iba a decir al parecer la vida de las personas dentro de los muros parecía ser bastante feliz, quizás los miembros de la división pudiesen impregnarse, ésta noche, de aquel animo.