{After} A friendship which, in turn is a rivalry. { - Cain - ]

Esta es la historia del vestigio de una memoria malgastada por el azar de la vida, magullados por finas uñas creadas por el desaliento y desazón de un futuro sin mucho anhelo, es la historia de un lazo formado por la más remota de las emociones ¿Lastima? no lo se, quizás era eso pero el asunto era que las cosas habían cambiado levemente, desde pequeño que no tuvo donde vivir y lo más cercano que tenía era el orfanato en donde creció entre ratas y peste, donde el miedo por ser devorado por los titanes no era lo suficiente como para asustarlo de sus propios compañeros de cuarto, hoy todo era al contrario, ya habían pasado 3 años desde que había ingresado a la Academia Militar, faltaban unos pocos días para que los nuevos se integraran completamente a la academia como un nuevo grupo, ya había realizado durante estos tres años cada una de las pruebas, había sido considerado un miembro valioso para la academia aunque su deficit en las comunicaciones interpersonales le habían bajado la puntuación que tenía en ese instante por lo cual lo más seguro es que se graduaría como el segundo mejor de su promoción, hoy iba en camino a su nuevo hogar, en donde le habían enviado obligatoriamente dandolo en "adopción" por decirlo de alguna manera, le habían dado la vaga excusa de que no podían entregarle una casa propia debido a que aun no era mayor, bah pura basura, estaba seguro que le querían hacer experimentar lo que podía ser un aumento en su nivel interpersonal. No llevaba una gran maleta, tampoco tenía muchas cosas y le sobraba espacio en ella, un militar le había indicado donde debía ir para llegar sin mucho problema hasta la casa, sus pasos largos y sin prisa aprovechando la extensión de su cuerpo le hacian ver mucho más elegante de lo que en realidad era o sentía, no demoro en llegar, toco a la puerta y rapidamente una señora abrió, el joven le explico que le habían enviado a este lugar, mostró desinteres durante todas sus palabras y le observaba con ojos perdidos y flojos, los orbes amielados del muchacho levemente ocultos por los entrecerrados parpados, en cambio en la otra vereda, la señora fue bastante amable con el muchacho indicando que debido a la poca cantidad de habitaciones del hogar lo más seguro es que tendría que dormir en la misma habitación que su hija mayor, no le importo mucho debido a que no sentía demasiado pudor o molestía además de que la señora le indico que la joven dormiría con ella, al parecer era la que estaba más emocionada con el asunto. Ambos se encontraban en el living del lugar, conversando mientras esperaban a que algo de la nada sucediera y al parecer sucedío, no llevaban ni cinco minutos hablando cuando la puerta se abrió y se dejo ver una joven de cabellos dorados y ropa levemente elegante, el muchacho de 17 años de edad llevaba no más que una camiseta negra y sobre ella una chaqueta café la tipica utilizada por los miembros de la academia además de unos jeans de color negro intenso, el joven se giro hacia ella cruzando sus ojos con los de ella, estos mostraron sus intenciones que poco y nada tenían de mala intención quizás mostrando un poco de la honestidad de su alma, no esbozo sonrisa alguna la mueca en su rostro se mantuvo sepulcral, llevo sus manos hasta sus costados y realizo una leve reverencia mientras pronunciaba unas cuantas palabras, aunque era demasiado obvio que realizaba esta parafernalia debido a que la señora se encontraba observando y no debía dejar una mala impresión, al contrario si quería que le dejasen tranquilo debía mantener su perfil lo más bajo posible.

-Muchas gracias por recibirme en su hogar. -Elevo el cuerpo luego de eso mostrando como si fuese un sujeto en venta su casi metro noventa de estatura. -Soy Cain Azazel, A punto de graduarme de la Academia Militar y pronto miembro de la Legión de exploración. Pronunciar aquello dentro de esta epoca en donde el muro María se mantenía intacto era algo que se podía ver de dos maneras, un suicidio o heroismo en todo su esplandor, prefería pensar que la señora lo había tomado como la segunda opción más la mirada no se apartaba de la rubia a quien su madre de seguro debía darle alguna especie de explicación del porque el joven pelicafé se encontraba dentro de su hogar, tan cerca de un par de gemelos de no más de diez años escondidos tras una puerta escuchando todo, y con una maleta en el suelo que no hacía de elegancia de lo que estaba vistiendo. Asi es como el día comenzaba, extraño e impreciso tal como son muchas de las cosas en la vida.

La señora al parecer no era una familiar de la joven muchacha de cabellera dorada, ¿Como saberlo? Su mirada había dicho todo, ese tono en sus ojos no era el de alguien que hubiese tenido muchas facilidades en la vida y para aumentar sus sospechas la señora solo esbozo una sonrisa nerviosa y excusando sus pequeños pasos en retroceso al escuchar las palabras de la joven hacia el muchacho ésta salió del lugar raudamente, Cain observó la escena de reojo al notar como la señora de avanzada edad les dejaba a su suerte, bueno al fin y al cabo ya había cumplido con lo que los cuarteles militares le habían pedido, no podía quitarse de la mente el hecho de ser tratado como un experimento al ser lanzado como un pedazo de carne hacia los lobos en el ámbito social, le costaba relacionarse de buena manera con otras personas y más aun cuando se trataba de alguien como ella, al parecer con carácter, seriedad y por sobre todo una reducida cantidad de años en su aval. Irguió su cuerpo para mostrarse cuan alto era, metro ochenta aproximadamente de estatura, tez no tan blanca, cabellos lacios que superaban el largo hasta la distancia del lobulo de su oreja con un tono café extrañamente en decoloración como si fuese falso pero no podía ser más a natura, no hubo sonrisas de por medio ni tampoco un ápice de amabilidad, le había escuchado con atención y dejando a un costado la pequeña maleta en donde tenía sus cosas, no eran muchas pero si las necesarias, sus manos se posaron en sus bolsillos del pantalón y con seguridad en su voz aunque intentando no realizar una acción tan brusca respondió.

-Tampoco tengo la intención de estar aquí. -Pronuncio tajante e inexpugnable, era el hogar de la chica y muchas cosas no calzaban aun en su cabeza, quince o catorce año debía tener la joven más no, y ya se encontraba cuidando de una casa, por lo que veía en su uniforme la joven estaba en la Academia Militar a la cual el muchacho había salido un par de días antes, aun no recibía la real graduación y el beneficio por sus buenas calificaciones de elegir entre que escuadron entrar, Reconocimiento, Estacionaria o Policia. Él ya tenía su elección más que fija y por cosas de la vida le causaba intriga cual seria la decisión de ella e incluso la vida de ella en sí le causaba un poco de curiosidad, pero no deseaba preguntar en ese instante sobre ello, algo dentro de su cuerpo le decía que no lo hiciera y éste fue el que predomino.

-¿Que edad tienes?. -Pronuncio con interés mezclado con una desganada tranquilidad, aunque sus ojos expresaron algo más que solo seriedad y pulcritud, parecía ser como si realmente un león estuviera siendo enjaulado deseoso de salir en búsqueda de lo que realmente es el vivir una vida de poco animo. Llevo su cuerpo acercando sus pasos hacia ella, su mirada fija en los de la menor casi como si estuviese demostrando una superioridad algo antisocial, la mueca imperturbable en sus labios y las cejas relajadas sobre los orbes color miel, pasó de la joven y reposo su cuerpo en el sofá del living, le miro casi de reojo como si estuviera esperando a que ella hiciera la misma acción y le respondiera su pregunta, quería saber la edad que tenía pero al parecer había sido un poco brusco, bufó levemente para sus adentros y en casi un suspiro pronuncio. -Tsk. Soy Cain, 17 años, Recién graduado de la Academia. -Pensó que con eso seria más que suficiente para poder escuchar la edad de la joven, no sabía que el hecho de tener una buena actitud con las demás personas también se contaba como un paso de las relaciones interpersonales.

En un inicio la muchacha no respondió a su pregunta, es más, ni siquiera al hecho de que haya intentando ser un poco más amable de lo que acostumbraba, su rostro mostró un claro indicio de molestia al fruncir el ceño de manera molesta escuchando con una indeterminada atención a la rubia, las palabras parecían no calar lo suficiente como para causar una especie de importancia en la cabeza del peli-café quien relajando un poco más sus facciones le miro con los parpados a la mitad de sus ojos, una mirada fija y penetrante como si intentase obtener la victoria en una ficticia competencia en contra de Lucy. No pudo entender en un inicio el asunto de los hermanos de Lucy, al parecer estaba lo bastante a la defensiva como para tomar en cuenta alguna contraofensiva por parte de Cain, mantuvo el silencio observando a la chica con ahora un cierto interés en sus ojos, en ningún instante aparto sus ojos de ella, la mueca curvada levemente hacia abajo demostrando su neutralidad ante el tema y en cuanto las palabras continuaron fluyendo desde los finos labios de la joven de cabello dorado el joven decidió desviar la mirada observando la casa en toda su magnitud además de buscar de manera inconclusa a aquellos hermanos de los cuales hablaba la joven, no los encontró fácilmente con la mirada, algo en su mente le mortificaba al escuchar aquello de que él se debía encargar cuando ella no estuviese en su casa, le había dicho que no deseaba que entablara algún tipo de relación con ellos pero sin embargo debía de cuidarlos ante una escena desfavorable.

-No tengo interés contigo ni con tus hermanos. -Pronuncio sin mirarle como si deseara evitar prestarle demasiada atención, dio un leve suspiró cerrando los ojos y prosiguió esta vez mirando los ojos de la joven directamente, no había sonrisa alguna en el rostro del joven. -No estoy aquí por intenciones propias, tampoco me dijeron el porque no me dieron una casa propia, lo único que puedo intuir es que te viste involucrada en un experimento, pero si puedo decir que no estoy obligado a seguir tus normas. Quizás no fue lo más reconfortante que pudiese decir, ni tampoco lo más esclarecedor pero fue lo único que pudo decir en esos instantes, era lo que venía a su mente y no lo iba a dejar flotar entre sus pensamientos, debía expulsarlo lo más pronto posible y fue así como lo hizo.

Pronto las palabras volvieron a florecer de la pequeña rubia, altura media baja y un rostro privilegiado casi angelical, sus labios se abrieron cual rosas en primavera pero con una actitud de loba en defensa de sus retoños aulló en contra de su invitado quien sin mucha reacción se digno a escuchar prestando atención al emparedado entregado de mala manera frente a él, desparramado como si no importase la limpieza o la dignidad, el muchacho le observó de reojo sin mostrar gratitud ni enojo, llevo sus manos hasta el pan y lo ordeno nuevamente colocando el contenido en donde debía estar, no lo comió ni observó, lo dejo simplemente allí como si estuviese guardando el material para un futuro cercano, intento mantener los nombres en su cabeza para luego no preguntar nuevamente, el nombre de ella importaba poco, no le gustaba relacionarse con las personas, no sentía confianza en ellos más no era así con los niños a quienes encontraba que la pureza con la cual nacían solo era contaminada por la crianza de unos padres ya sucios por una vida llena de pecados.

-Solo quería saber tu edad, vives sola con dos hermanos y con tan solo catorce años. -Desvió nuevamente la mirada sin un punto fijo y esbozo una sonrisa de sapiencia. -Ya veo, al parecer no les hacen saber del todo a los nuevos de que les depara. -Le miro nuevamente a los ojos pero esta vez algo había cambiado, un extraño fulgor en los orbes amielados de Cain parecían haber florecido. -Son más de cien chicos que van a la academia, de lunes a viernes debes vivir allá, si realizas una petición puede ser que te permitan venir a tu hogar para poder cuidar a tus hermanos por las noches, te desgastaras en demasía. -Pronuncio intentando evitar lanzar una carcajada, la situación en sí no era para tomarlo como una broma pero ante las contrariedades que tenía la joven no se podía hacer mucho. Miro hacía arriba pensativo mientras su cuerpo se estiraba en el sofá relajando cada uno de sus músculos. -Policia militar. -Dijo en voz baja. -Solo se le permite ser Policia Militar a los mejores 10 de cada promoción de tres años, es decir, debes estar entre los 10 mejores de quizás 100 o 150 alumnos para poder ingresar a la Policia Militar. Incluso muchos dicen que son solo corruptos y cerdos que se quieren alimentar de las sobras de los reyes, yo no lo veo así, siento que venden sus habilidades aprendidas de matar titanes a cambio de una vida segura y plena, puede que sea la mejor opción para un humano común. -Esbozo una leve sonrisa aun mirando el techo, se había sumido en sus pensamientos ignorando por completo que estaba conversando con alguien, es más, parecía como si estuviese conversando consigo mismo y sus propios pensamientos en vez de con la rubia, no paso mucho en esto y volvió a mirarle esfumando por completo aquella sonrisa y con voz poco tibia pronuncio con firmeza en su sonar. -¿Que harás Lucy?...Yo en las tardes siempre debo salir para entrenar con la Legión de Reconocimiento. ¿Podrás confiar en un desconocido para que éste con tus hermanos por las mañanas?. -Estaba jugando con fuego y eso lo sabía pero no le importaba en lo absoluto era la verdad hablando desde los labios del joven, un néctar prohibido saliendo desde sus fauces esperando a una respuesta de la joven.

- Yo tengo claro lo que tengo y que no tengo que hacer, eh estado toda mi vida al cuidado de mis hermanos y puedo tanto con los entrenamientos como al cuidarlos, demostraré de lo que soy capaz, incluso más de lo que tengo ya pensado, y si yo decidí entrar ahí, es por ellos más que nada, si que si te importa mucho el porqué estoy, allá tú con tus pensamientos. - Dije en un tono muy enojado, realmente este chico me estaba sacando de mis casillas, algo que me estaba molestando ya que él era un nuevo que había llegado al lugar en donde estábamos yo, Leo y Lillet, pero aún así lo miré de reojo y simplemente me dirigí hacía la ventana de el hogar, para mirar para los exteriores a aquel lugar donde vivíamos, parte de mi me sentía muy enojada, pero en fin no tenía porque hacerme malos ratos, tenía que aguantarlo ya que no me quedaba de otra.

En eso seguían los dichos con otra intención, o al menos eso era lo que yo pensaba, me estaba molestando en verdad lo que él me estaba diciendo, era como no sé, no tenía una explicación exacta para definir lo que él me decía, si que bastante enojada golpeé la puerta de el hogar haciéndole un hoyo y lo miré con un rostro de rabia inmensa, y yo podía sentir que tenía pequeñas lagrimas en los ojos, si que acercándome a él lo encaré frente a frente gritándole de una manera descontrolada - ¡Mierda! Lo único que te pido por estar acá, es que me des un poco de tiempo mientras yo no estoy, ellos son lo único, LO ÚNICO QUE TENGO, y lo único que quiero es que me des tiempo para poder venir acá y yo misma defenderlos, no necesito de ayuda de nadie en esos momentos, ¿Acaso es mucho pedir? Si no quieres, hace lo que se te dé la gana, simplemente no me molestes ni a mí ni a mis hermanos. - Dije estando muy enojada, tenía la mano ensangrentada ya que me había enterrado muchas astillas de la puerta de madera que había golpeado, pero aún así de una postura fuerte, me volví hacía la ventana a mirar al exterior, este chico realmente me estaba sacando de quisio.

El chico me tomó de el brazo, porque veía que yo me lo había herido, yo con todo mi orgulloso me corrí y solté mi brazo de las manos de él, aunque quizás sea un buen gesto de él, yo no necesitaba que nadie me ayudara, que nadie sintiera pena por mí, ni mucho menos mis hermanos vieran todo lo que estaba pasando, si que con un rostro serio, sin ninguna emoción, o quizás sí, ese sentimiento de pena, de rabia, de tristeza escondida en el fondo de corazón de hierro que yo tenía lo miré fijamente y le dije - No, no necesito que nadie me ayude, todas las cosas yo las he hecho solas, y si estoy acá es por algo, si que no necesito de tu lástima . - Respondí, dirigiéndome hacía el camino donde nos llevaban a las piezas, habían 3 piezas, en una dormía yo, y en otra dormían Lillet y Leo, y quedaba otra disponible, aunque no tenía una cama, había un sofá viejo, pero que estaba muy bien cuidado, si que miré con mucho desgano al joven para decirle - Allá en la pieza de al fondo, hay un sofá, está bien cuidado, siempre mantengo el Aseo perfecto en toda la casa, podrás dormir ahí, si tienes una cama o algo, si quieres lo dejas ahí y llevamos al sofá al living central, es una pieza bastante cómoda, podrás dormir bien ahí. -

Luego de decirle eso, me fui hacía la cocina donde tenía unas vendas, con todo mi orgullo de mujer fuerte a esta corta edad, saqué un botiquín de primeros auxilios que mantenía guardado por cualquier cosa, saqué unas vendas que tenía y lentamente intentaba quitarme todas las astillas, podía notar como mi palma de la mano sangraba, al parecer lo más seguro que pasé a llevar algo más que solo la piel, seguramente una arteria o algo parecido, tenía todo dañado, si que tenía que cuidarme, aunque mantenía un cierto mareo, ya que la sangre corría de una manera un tanto rápida, si que me quejaba un poco por el alcohol que también me echaba para curar más rapido las heridas, mientras que de a poco ponía las vendas, solo esperaba que mis dos hermanos no se despertaran, no era mi idea preocuparles por aquel chico que estaba ahí en nuestra casa.