Trabajos forzados [Priv. Petra]

La noche era fría y serena, en el cuartel habíamos acabado con las actividades principales y los soldados tomábamos un merecido descanso. Hacía ya como media hora que estaba en mi habitación, con una pluma en la mano y un pequeño pote de tinta al lado, escribiendo una de las tantas cartas que había enviado a mi padre. Siempre le escribía lo que hacíamos, como me iba y le aseguraba que estaba a salvo, para que no se preocupara. Había remojado la punta de la pluma cuando tocan la puerta de mi habitación— Puede pasar —digo mientras dejaba la pluma descansar en la tinta. Uno de mis compañeros pasa y me entrega un papel que tiene pinta de ser bastante importante— Muchas gracias —le digo antes de que se fuera y cerrara la puerta al salir. Fijo la vista en las letras escritas y leo todo de arriba a abajo, tratando de no perder ningún detalle— Trabajos especiales... —susurro al leer las palabras, hace mucho que no realizaba un trabajo especial y volver a aquello me emocionaba, era interesante aunque a veces era fastidioso, nunca se sabía que grado de dificultad te tocaba y era peor cuando el soldado que me tocaba no podía resistir con aquellos trabajos, siempre salíamos adelante los dos juntos pero al final del día, nuestros cuerpos se dirigían directo a la cama hasta al día siguiente. Leo con atención cual era aquel trabajo especial que resultaría algo forzado y el nombre de mi ayudante: Nathan Strauss.

Al día siguiente, me había levantado un poco más tarde de lo normal. Al darme cuenta de que iba a llegar más tarde que mi ayudante, me coloco el uniforme rápidamente con el equipo tridimensional incluido, desayuno y salgo del cuartel con el chubasquero escondiendo mis armas, aunque eso no engañaba a la población de ninguna manera, las miradas de la muchedumbre hacia mí podrían fulminarme y aniquilarme si aquello fuera posible, ya sabía de sobra que nosotros, los de la Legión de Reconocimiento, no éramos de su agrado, pero tampoco deberían mirarnos y tratarnos como si fuéramos menos de ellos. Los legionarios arriesgábamos nuestras vidas en cada expedición con tal de buscar más información sobre los titanes, para así buscar nuevas alternativas para vencerlos, pero no lo comprendían. Tal vez nunca lo harían. Acelero el paso y llego antes de lo que creía a las puertas del Centro de Abastecimiento, donde estaba un chico rubio de ojos azules, vestido igual que yo. Al acercarme a él, tomo aire unas cuantas veces antes de hablar— Pe-Perdón si he llegado tarde —digo entre jadeos hasta que me normalizo— Buenos días Nathan Strauss, mi nombre es Petra Ral, miembro élite del Escuadrón de Operaciones Especiales, cuyo cabo es Levi. Mucho gusto en conocerte —me presento con una sonrisa amigable, él daba la impresión de ser un buen chico. De repente, seriedad, la necesaria para poder realizar el trabajo como se nos pedía— Bien, nuestro trabajo especial de hoy consiste en terminar de armar unas cuantas Armas Especiales de Captura para los titanes, utilizados comúnmente para capturar titanes específicos que terminan bajo el mando de la Legión. No sé mucho sobre las investigaciones que se hacen con ellos ya que no es mi cargo —saco una llave de mi bolsillo, la entro en la cerradura y abro las enormes puertas. Con su ayuda empujamos hasta que podíamos pasar, la luz del sol se colaba por las ventanas, por lo que no era necesario el uso de lámparas— Espero que no consideres que esto no es gran cosa, porque si lo es, es de vital importancia para la Legión y la humanidad —guardo la llave, ladeo un poco la cabeza para verlo y dedicarle una cálida sonrisa— También debemos recolectar la mayoría de las pistolas de bengalas y sonoras que serán utilizadas en la próxima expedición, pero mejor empecemos con las armas de captura, ya que son un poco complicadas y si empezamos pronto, terminamos pronto. Primero, buscaremos los barriles necesarios y los tubos de acero, luego explico el procedimiento, ¿Sí? —dicho esto, espero por si tiene alguna duda hasta ahora, además de su aprobación, negación u opinión sobre la actividad.

OFF: Lamento la tardanza.

Me alegraba el entusiasmo y determinación que poseía Nathan, me encantaba realizar este tipo de trabajos con personas que posee ese carácter que te inspira a seguir con la actividad— Sí, en nuestros tiempos libres, nos encargamos de mantener este lugar impecable. El Cabo Levi es algo obsesionado con la limpieza, así que mantener esto limpio es lo primordial —digo con una leve sonrisa, pero esta desaparece por unos breves segundos— Sí,  lo más probable es que salgamos de los muros pronto —no tenía problemas en salir y enfrentarme a los titanes, aquello es algo a lo que estoy más que acostumbrada, mas aún no me acostumbro a la sensación de perder un compañero frente a tus ojos y no poder hacer nada para evitar su muerte. Escuchar sus gritos de dolor y desesperación, tratando de volver a estar a salvo, mientras que tu cabeza sólo repite “sigue adelante” es lo peor del mundo. Pero no debo pensar en eso, y mucho menos ahora que necesito todas mis energías para cumplir con esta importante tarea— Bueno, vamos a comenzar. Debemos buscar primero los barriles —digo mientras buscaba estos con la mirada, localizándolos al interior del lugar. Camino hasta ellos con Nathan a mis espaldas, eran bastantes los que se encontraban. Hago unos breves cálculos en mi mente, pensando en cuantas veces hemos usado esto en las expediciones— Creo que cuatro juegos de seis barriles son suficientes. No se suele usar mucho este método de captura, pero quien sabe cuántos titanes importantes capturaríamos. Bien, cada juego necesita cuarenta y dos alambres en total, me pregunto si tendremos los suficientes —susurro con preocupación, habían sido ya varias veces que, por no completar los barriles con los alambres suficientes, titanes importantes escapaban de nuestras manos— ¿Podrías buscar cuatro cajas con los alambres, por favor? Las cajas poseen una imagen de una flecha de acero, asegúrate que hayan cuarenta y dos alambres en cada una. Yo me encargare de armar los cuatro juegos —dicho esto, comienzo con mi tarea. Busco veinticuatro barriles individuales y los voy colocando poco a poco en los cuatro juegos, al tenerlos completo los voy movilizando al centro de la habitación, lugar donde Nathan y yo realizaríamos el trabajo. Ya realizada esta tarea, voy con Nathan para ayudarle y ver como iba. Le ayudo a llevar las cajas a donde estaban los barriles y con nuestros utensilios listos, el trabajo forzado comienza.

—Bien, tenemos los barriles y alambres suficientes, que alivio —digo con una sonrisa relajante, ya no fallaríamos en capturar a los titanes— Bueno, primero voy a explicarte y enseñarte como colocar los alambres en los tubos de acero de los barriles —abro una de las cajas y tomo uno de los alambres ya enrollados, el cual posee una punta de flecha de acero en ambos extremos. Mientras colocaba los alambres de un extremo a otro, le explicaba con una voz pacífica, asegurándome de que captara cada palabra y movimiento que realizaba— Eso es todo, es muy fácil, lo único malo es que son demasiados alambres que hay que colocar. Nos encargaremos de dos juegos cada uno, ¿si? —digo con una sonrisa amigable, continuando con el juego que había comenzado, concentrándome en el trabajo que debía hacer, en completo silencio. Pero, no quería mantener este ambiente incómodo, no era de mi agrado y tal vez tampoco el de Nathan— ¿Qué te ha parecido la Legión hasta ahora? —pregunto con una sonrisa.

Off:

El tintineo del los alambres contra los tubos de acero hacían eco en toda la habitación, si poseías algo de imaginación sonaba como una leve melodía. Sacar alambres y colocarlos dentro de los tubos, aquello era lo único que hacíamos mi compañero Nathan y yo, no es el más emocionante de los trabajos pero es bastante importante durante las expediciones y no sólo eso, la captura de titanes era imprescindible para aprender más sobre esos grandes seres que pretenden, inconscientemente, acabar con la humanidad. Escuchaba al rubio hablar con atención, dedicándole una suave mirada por breves segundos antes de volver a mi trabajo— Tienes razón, salimos poco de los muros, debe ser por los insólitos acontecimientos que han ocurrido últimamente, sumando que preparar una expedición lleva tiempo —digo con normalidad, estaba acostumbrada a salir y enfrentarme a los titanes, pero perder compañeros y amigos cercanos es lo más difícil de todo, a pesar de que desde que hicimos el saludo militar frente al comandante quedamos claro que no debíamos encariñarnos con los otros, en cualquier momento podemos morir. Un breve silencio reina la sala hasta que Nathan decide quebrarlo— Sí, lo que dices es cierto, es un peligro para la población, pero nuestros experimentados soldados saben como controlarlos, por suerte ninguno ha escapado, además de que estos alambres los dejan completamente inmóviles —termino de completar un barril y prosigo a comenzar con el siguiente, tomando unos cuantos alambres y colocarlos al lado del barril nuevo, tomando los alambres uno por uno— Pero hay un cuartel entre Rose y María, donde últimamente realizan los experimentos con titanes, allí es menos peligroso —le dedico una suave sonrisa, para fijar mi atención nuevamente en los alambres, cualquier error puede resultar fatal.

—¿En cuántas expediciones has estado? ¿Qué te ha parecido? —pregunto casi en un susurro, completamente concentrada en lo que hacía, no recuerdo haberlo visto antes en una expedición, tal vez nuestras posiciones en las formaciones quedaban alejadas. Me quedo esperando su respuesta y no le hago más preguntas, tantas de estas podrían llegar a incomodarlo, e incluso pensaría que sería una acosadora o que usaría la información que me proporciona para otros fines...no, eso último estaría muy loco. Coloco otro alambre en el tubo de acero, asegurándolo bien, lista para escuchar a mi compañero hablar.